Las amenazas que nos han acechado en 2016 han sido varias. Desde la compañía de soluciones de seguridad Eset confirman que ha crecido el uso de publicidad maliciosa en webs con un gran número de visitas, redirigiendo a los usuarios a páginas maliciosas en las que los cibercriminales descargan e instalan ransomware, y otras variantes de malware, automáticamente, aprovechando las vulnerabilidades de los navegadores. Variantes como Locky; TeslaCrypt y Crysis son las que más problemas han causado.
Por otro lado empresas y usuarios han visto cómo sus datos han sido robados. Yahoo ha sido una de las más afectadas.
Las vulnerabilidades del IoT han sido otro de los focos de atención y propagación que han sido utilizados para ataques de denegación de servicio distribuido desde miles de dispositivos a un proveedor de nombres de dominio que hizo que compañías como Twitter y PayPal, por poner algunos ejemplos quedaran sin actividad durante horas.
Las infraestructuras críticas tampoco se libraron, afectando a empresas del sector energético y demostrando que las infraestructuras críticas no están lo preparadas que debieran frente a los ciberataques. Algo que tiene que hacer pensar a sus responsables.
Por último, encontramos las estafas de falso soporte técnico con suplantaciones de servicio a través de call centers ubicados en países hispanos, que utilizaban técnicas muy convincentes. Una técnica que se ha especializado, pasando de una llamada a mensajes de alerta a los usuarios con números de contacto en su propio país. Incluso han utilizado ransomware para hacer que contraten sus falsos servicios de limpieza.