Tribuna de opinión de Fernando Ramírez Orozco, responsable de ciberseguridad de Semantic
El verano, esa temporada en la que el aire ya huele a vacaciones y el calor se expande por cada rincón. Un momento de relajación, por supuesto, pero que encarna una amenaza silenciosa. ¿El sol? Sin duda la larga exposición al sol supone un problema, pero aquí vamos mucho más allá, y es que mientras la gente disfruta de sus vacaciones, la ciberdelincuencia experimenta un preocupante aumento de sus actividades. Diversos estudios y reportes de seguridad han señalado esta tendencia, destacando que los delincuentes aprovechan el incremento de las actividades online propias de esta época, la afluencia de turistas y la distención propia de la época.
Según un estudio de Euler Hermes realizado para la Asociación de Directores Financieros de Francia (DCFG), durante el verano se observa un incremento de hasta el 30% en los intentos de ciberataques comparado con otras épocas del año. Esta cifra subraya la necesidad de reforzar nuestras defensas cibernéticas durante los meses de mayor vulnerabilidad.
Una de las principales razones detrás de este aumento es la mayor movilidad y el uso de dispositivos móviles. Durante las vacaciones, las personas tienden a conectarse a redes Wi-Fi públicas, como las de hoteles, aeropuertos y cafés, que a menudo carecen de las protecciones necesarias contra intrusiones. Estas redes son un blanco fácil para los ciberdelincuentes, que pueden interceptar comunicaciones, robar datos personales y financieros, o incluso instalar malware en los dispositivos de los usuarios desprevenidos.
Además, el cambio en los hábitos laborales también juega un papel crucial. En la temporada de vacaciones, las compañías deben asegurarse de tener planes de contingencia ante la ausencia de personal experto que, garantice la continuidad en la vigilancia y que los planes de reacción ante incidentes de ciberseguridad se ejecuten sin fallos. De igual forma, con la popularización del teletrabajo, muchos empleados continúan trabajando remotamente durante sus vacaciones. Sin embargo, al acceder a sistemas corporativos desde lugares menos seguros, aumentan los riesgos de brechas de seguridad.
Para protegerse de estas amenazas, es esencial adoptar una serie de medidas preventivas. En primer lugar, evitar el uso de redes Wi-Fi públicas sin una protección adecuada, como una VPN (Red Privada Virtual), que cifra las comunicaciones y dificulta el acceso no autorizado. También es fundamental mantener los dispositivos actualizados, ya que las actualizaciones de software suelen incluir parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades recientes.
Asimismo, las empresas deben asegurarse de que sus empleados estén debidamente concienciados y entrenados sobre las mejores prácticas de ciberseguridad, especialmente cuando trabajan de forma remota. Implementar políticas claras y proporcionar herramientas de seguridad adecuadas puede hacer una gran diferencia en la protección contra ciberataques.
Contar con empresas expertas en ciberseguridad también es crucial para una protección eficaz contra los ciberataques. Se trata de compañías que poseen el conocimiento y las herramientas necesarias para identificar vulnerabilidades, implementar medidas preventivas y responder rápidamente a cualquier incidente de ciberseguridad. Esto permite a las organizaciones estar un paso adelante de los ciberdelincuentes, garantizando la integridad, confidencialidad, disponibilidad y privacidad de la información crítica. Además, las empresas especializadas en ciberseguridad no solo proporcionan soluciones tecnológicas avanzadas, sino también formación y concienciación para los empleados, para crear de esta forma una cultura de seguridad robusta que reduce significativamente el riesgo de brechas de datos y ataques cibernéticos.
La ciberdelincuencia no se toma vacaciones, y es en verano cuando debemos estar más vigilantes ante estas amenazas. La combinación de una mayor exposición y la relajación en las medidas de seguridad de nuestro firewall humano crea un caldo de cultivo perfecto para los ciberataques. Adoptar medidas preventivas y estar conscientes de los riesgos es esencial para disfrutar de un verano seguro, tanto en el mundo físico como en el digital.