James Wood, director de las líneas Factory & Activplant de Aptean – proveedor líder de sistemas CRM, ERP y cadena de suministro –, describe las ventajas de integrar el elemento humano con su sistema MES (Manufacturing Execution Systems).
En una época con tecnología para procesos de fabricación cada vez más sofisticados, las personas son el recurso más valioso que tienen las empresas. El factor humano sigue siendo lo que determina la eficacia operativa, si bien este debe estar integrado adecuadamente en los procesos de producción.
Los fabricantes suelen medir la eficacia con lo que se conoce como eficacia global de equipos (OEE). Para maximizar el OEE y descubrir cómo podemos producir más, las empresas deberían usar una serie de indicadores clave del rendimiento (KPIs) en tiempo real: volumen de producción, plazos de entrega, artículos correctos y defectuosos, así como los tiempos de inactividad. Si lo queremos es conocer toda la información sobre estos indicadores, necesitamos un MES.
¿Cómo puede una empresa aprovechar las ventajas de un sistema MES?
Crear informes y evaluar el rendimiento está muy bien, pero trabajar con un MES capaz de aumentar considerablemente la eficacia productiva, va mucho más allá. Por desgracia, algunos MES actuales tienen muchas imperfecciones y son difíciles de usar. Los datos se introducen de forma manual, lo que resulta laborioso y se acaba haciendo de cualquier manera, a veces incluso depende de información apuntada en papeles, lo que dista mucho de ser ideal. En consecuencia, los datos para medir la OEE no están disponibles en tiempo real y no puede evaluarse el rendimiento correctamente. Esta situación puede provocar que los trabajadores se desmotiven y sean menos eficientes, ya que estos problemas de producción no se resuelven bien porque los responsables de tomar decisiones no actúan o no tienen conocimiento de dónde están los problemas. Por suerte, existe un nuevo enfoque en materia de sistemas MES que aporta valor añadido y mejora el rendimiento operativo.
Incorporar a las personas en los procesos
Los sistemas MES eficaces implican directamente al personal de producción. No se trata solamente de tener a trabajadores que supervisen los procesos de producción y realicen tareas repetitivas, sino de proporcionarles herramientas que hagan hincapié en sus habilidades y rendimiento. Este nuevo enfoque se conoce como MES humano. Con él, todos los trabajadores de la empresa –desde el personal de producción hasta los directivos, pasando por los mandos intermedios – pueden contribuir a mejorar la producción y, en última instancia, la rentabilidad.
En las fábricas, las personas son quienes conocen mejor «sus» máquinas y quienes pueden informar mejor a la dirección sobre cómo perfeccionar el ciclo de trabajo. Las empresas deberían dar a este conocimiento el valor que merece. El sistema MES humano implica a los operarios de principio a fin en el proceso y es fácil de usar. Es un software que recopila automáticamente todos los datos necesarios del proceso de producción y los muestra en una plataforma con formato web que ayuda a los operarios a ver los indicadores clave de rendimiento de todas las máquinas y procesos. El personal de producción puede consultar estos indicadores en tiempo real, a través de terminales fáciles de usar, que les permiten evaluar la eficacia con solo pulsar un botón. Es una manera de motivar a los empleados, ya que pueden saber al momento si están cumpliendo los objetivos, a la vez que pueden ver el calendario de producción y resolver errores o incidencias que paralicen la producción o provoquen fallos de calidad. De este modo, se eliminan las dudas desmoralizadoras que causa la falta de transparencia entre el personal de producción y la dirección. Y no solo eso, sino que la plantilla tiene la satisfacción de saber qué acciones que han realizado ellos han ayudado a la empresa, así como que la dirección es consciente de su contribución.
Eficacia de la producción = rentabilidad
Muchas fábricas se ven afectadas por una espiral creciente de costes y competencia. Ante esta situación, las mejoras de la eficacia de la producción, por pequeñas que sean, pueden proporcionar una ganancia económica considerable. Los fabricantes pueden enfrentarse a diversos problemas, de los cuales puede incluso que aún no sean conscientes: la necesidad de aumentar la rentabilidad de la producción, de reducir las horas extras causadas por el tiempo de inactividad de las máquinas, de evitar el gasto de capital innecesario para rectificar un lote de productos defectuosos, etc. Son situaciones que deben solucionar y, al mismo tiempo, atender la demanda de los clientes. No obstante, estas mejoras rara vez se logran de manera intuitiva. En un mercado tan competitivo, arriesgarse con un enfoque así puede dejar el negocio en una situación delicada y cada vez más difícil de revertir. En este contexto, lo que se necesita es la combinación adecuada de personas y tecnologías. Si un sistema MES humano y adaptado a sus necesidades puede mejorar la eficacia en un 5 -10 % – que podría equivaler a un ahorro de cientos de miles de euros –, ¿no debería adoptarlo?
Más que software
Un sistema MES humano se ha diseñado para ser más que un programa informático. Es una solución que perfecciona los procesos de fabricación con un enfoque más general, que fomenta la comunicación y la optimización operativa a partir de la información obtenida gracias a la integración de la persona y la máquina.
El sistema da al operario la oportunidad de incorporar sus conocimientos y experiencia a una plataforma informática que los forma y motiva. La fórmula, entonces, es empleados satisfechos y motivados más software sofisticado y a medida. El resultado: eficacia, rentabilidad y pervivencia del negocio.
A menudo, las empresas que no disponen de una solución de este tipo no se dan cuenta de las ventajas que podrían aprovechar ni de los problemas que tienen. Con el asesoramiento de un proveedor especializado en sistemas de ejecución de fabricación, su negocio podría adelantar a la competencia con un sistema MES humano propio en un plazo de seis-ocho meses, desde la implantación hasta la formación de los operarios.