Uno de los errores más comunes a la hora de implantar una nueva tecnología es pensar que es “café para todos”. Cada caso, compañía o necesidad son distintas y hay que valorar los condicionantes de forma particular. El assessment o evaluación inicial deberá considerarse un básico tanto para ejecutar los grandes proyectos de innovación como para otros como es el caso del desarrollo de aplicaciones.
El elevado coste de infraestructura, el mayor tiempo de desarrollo y la dificultad para escalar de las aplicaciones monolíticas está provocando una evolución hacia un nuevo paradigma sustentado en microservicios. Estos ayudan a evolucionar las aplicaciones de forma más dinámica y tener los proyectos listos en días o semanas.
La utilización de arquitecturas modernas basadas en microservicios o contenedores proporciona una gran flexibilidad y agilidad a las áreas de desarrollo. Los microservicios ofrecen una menor sobrecarga, mayor portabilidad, eficiencia y modularidad, alta disponibilidad y un funcionamiento más constante y resiliente de las aplicaciones. Todo ello repercute en una mejora en el negocio.
Pero para alcanzar estas ventajas hay que analizar la situación de partida de cada compañía y el camino que habría que recorrer. Además, hay que instaurar cambios en la manera de trabajar con las tecnologías, en las que el enfoque DevOps es una necesidad de obligado cumplimiento. Los microservicios son complejos de desplegar, pero DevOps hace posible la operación y la monitorización, evitando cuellos de botella y conociendo en todo momento qué está sucediendo. Esta visión en tiempo real está íntimamente relacionada con cómo se han de utilizar las distintas tecnologías de desarrollo.
DevOps facilita el entendimiento entre el mundo del desarrollo y el de operaciones y/o gestión de las infraestructuras, basándose en la automatización de tareas repetitivas, en la estandarización de los entornos en todo el ciclo de vida de una aplicación o en el uso adecuado de las infraestructuras cloud. De esta forma, es más fácil incorporar los sistemas de información en el negocio, no solo alinearlos, y otorgar mayor rapidez a la transformación digital, mejorando los procesos internos de las compañías y las operaciones con sus clientes o usuarios.
Para evitar los fracasos en proyectos de microservicios y gestionar la infraestructura, no debemos olvidar la importancia de la fase de análisis que marcará los pasos a seguir y que, junto con DevOps y las herramientas más adecuadas de backup y orquestación, llevarán los proyectos al éxito.
Francisco González
Director de Innovación de Ozona Tech