atSistemas sigue su ritmo ascendente durante los últimos seis años, en los que ha superado el 20 % de crecimiento. 2019 se va con un 21 % más de facturación por parte de la consultora española que, ya en 2018, facturó un 27,2 % más que en 2017. Datos que, junto a su medio siglo de vida, avalan una trayectoria en la que han sabido adaptarse a los continuos cambios de un sector en el que la innovación es una de sus máximas, destinando un 5 % de sus ingresos al I+D+i. Y a un modelo de negocio que, apuesta por el talento, del que forman parte sus 1.300 profesionales, y al que favorecen con medidas orientadas a mejorar la vida de los mismos, en el entorno laboral.
Rufino Fernández, CEO de la compañía, con la mirada puesta en el año que viene, espera conseguir un nuevo reto en su facturación, alcanzando los 84 millones de euros, frente a los 70 conseguidos este año. Aunque considera que 2020 será un año continuista en cuanto a las tecnologías que tienen una gran adopción en el mercado.
La compañía, creadora de eventos como Blockchain Spain o DevOps Spain, cuenta con 300 clientes y tiene una gran presencia en sectores como la banca, retail o seguros, aunque también está muy presente en sectores como el turístico, donde la transformación digital se está imponiendo en gran medida.
Entre los proyectos que actualmente tienen en marcha, algunos relacionados con criptomonedas en el ámbito del blockchain, la gestión del patrimonio digital de las personas o el desarrollo de soluciones para la implantación de servicios logísticos seguros, por poner algunos ejemplos.
Para Fernandez, el blockchain ya empieza a despegar, sobre todo en el mundo bancario, gracias a las criptomonedas. Y a corto plazo prevé que comience a tener mayor dimensión. En cuanto al big data, considera que va a ser una de las líneas más al alza. De hecho, el rol del científico de datos es uno de los que más está creciendo dentro de su organización, puntualiza. Sin embargo, destaca la gran escasez de talento que hay en el torno de DevOps. Por ello, el directivo se plantea cómo puede ser posible que no haya un planteamiento formativo mucho mayor para generar talento tecnológico porque, en su opinión, “esto, de alguna manera, lastra a la economía de un país”. “En este sentido, aquí hay un potencial muy importante para la economía, si se planifica esta falta de talento”, afirma.