Los responsables tecnológicos están afrontando un desafío que se repite y agrava: la demanda de perfiles especializados en inteligencia artificial, datos y ciberseguridad crece a un ritmo muy superior al de la oferta disponible en el mercado laboral. Esta escasez, cada vez mayor, está poniendo en riesgo la ejecución de proyectos estratégicos de transformación digital, especialmente en sectores altamente regulados como banca, energía y salud.
Informes recientes del World Economic Forum sitúan a la inteligencia artificial y el big data entre las competencias de mayor crecimiento global, mientras que plataformas de formación como Coursera identifican la ciberseguridad y la ingeniería de datos como áreas con fuerte presión de contratación. Sin embargo, la disponibilidad de profesionales preparados no avanza al mismo ritmo.
Entre los factores que explican esta brecha destacan la falta de experiencia práctica, la competencia internacional por el talento y la aceleración constante de la tecnología. Como consecuencia, numerosos proyectos se estancan en fases piloto o requieren tiempos de despliegue muy superiores a los previstos inicialmente.
Para Luisa Fernández, HRBP de ALTEN Spain no basta con dominar la teoría. Los CIO necesitan profesionales capaces de llevar un modelo de inteligencia artificial del laboratorio a producción, con toda la gobernanza y seguridad que eso implica. En su opinión, el problema tiene un carácter estructural: “La escasez ya no es solo una cuestión salarial. Falta un puente entre la formación académica y la práctica en entornos reales. Y sin ese puente, los proyectos se retrasan o directamente no llegan a materializarse”, asegura.
Los perfiles más demandados incluyen expertos en MLOps, ingenieros de datos con capacidad para asegurar calidad y escalabilidad, arquitectos cloud y especialistas en platform engineering para entornos multicloud, así como profesionales de ciberseguridad capaces de integrar marcos regulatorios como DORA y NIS2 en las arquitecturas tecnológicas. A esta lista se suman especialistas en diseño de APIs, cada vez más necesarios para gestionar ecosistemas distribuidos.
Las consecuencias son visibles: menos de la mitad de las iniciativas digitales alcanzan sus objetivos de negocio, según estimaciones recientes de Gartner. “En los proyectos que lideramos vemos una diferencia clara: las compañías que invierten en academias internas y planes de reskilling logran atraer y retener talento, mientras que las que confían únicamente en comprar tecnología se encuentran con barreras que frenan su retorno de inversión”, señala Fernández.
Para hacer frente a esta situación, ALTEN ha impulsado una estrategia integral orientada a reforzar las capacidades tecnológicas y formativas de sus equipos. Su plan incluye formaciones continuas, certificaciones, webinars con especialistas internacionales y sesiones internas de especialización. Además, la compañía mantiene un programa propio dirigido a estudiantes de últimos cursos universitarios o técnicos, que les permite participar en proyectos reales y reducir así la distancia entre la teoría y la práctica.
“El talento se queda donde encuentra retos técnicos de verdad. No es solo una cuestión de sueldos, sino de ofrecer trayectorias y proyectos que den sentido a la carrera profesional”, subraya.
Entre las soluciones que ALTEN promueve junto a sus clientes destacan la creación de academias corporativas en áreas críticas como MLOps o ciberseguridad en la nube, las alianzas con universidades y bootcamps, y la adopción de modelos de contratación basados en habilidades prácticas más que en títulos académicos.











