Priorizar y cambiar el rendimiento y comportamiento de la red, en función de las aplicaciones que se utilizan, es una de las premisas de una red SD-LAN, según Aerohive Networks.
Con este tipo de redes también se pueden aplicar políticas de acceso seguro y granular a un usuario y dispositivo, o a grupos de usuarios, ya que con la tecnología PPSK (private pre-shared key) cada usuario o dispositivo recibirá una clave única con la que se identificará o añadirá el dispositivo. Con ella también se podrá definir la caducidad de las mismas para desautenticar, de forma segura, un dispositivo de la red o limitar su acceso continuo. Algo muy útil a la hora de evitar riesgos generados por la entrada en la red de dispositivos IoT y BYOD.
Una estrecha integración de las infraestructuras de la red y de aplicaciones, gracias a las interfaces programables, también es fundamental. Esto permite a la red ofrecer nuevas perspectivas e integrarse con el resto de las operaciones.
Todo ello con una gestión centralizada de las operaciones y políticas en la nube, con una distribución de los cambios de políticas en tiempo real a los switches y puntos de acceso en toda la infraestructura de red de acceso.
El quinto beneficio vendría de la mano de una infraestructura adaptable que incluye protocolos de control, con el fin de proporcionar comportamientos especiales de los dispositivos como la optimización y recuperación automáticas. Y, por último, un acceso organizado.
Sin embargo, Ángel Arias Baelo, senior sales engineer de Aerohive Networks, recuerda que, aunque se haya creado SD-LAN para ser amigable, se necesita un aprendizaje y conlleva unos retos de ajuste, con un cambio de métodos establecidos, desde hace tiempo, para gestionar la red. Por ello es necesario aprender nuevas habilidades y un periodo de ajuste tras la implementación de la tecnología.