Antes de tres años la tecnología del satélite permitirá ofrecer a los consumidores ancho de banda de 100 Mb por segundo en el acceso a Internet, con una cobertura de la práctica totalidad del territorio.
“Las telecomunicaciones por satélite están experimentado en los últimos años una revolución tecnológica y comercial. Eutelsat situó hace 3 años en el espacio un satélite, denominado Ka-sat, con una capacidad aproximada de 90 Gbps, 30 veces más que la de los satélites convencionales”, explica Aquilino Antuña, director general de Quantis.
La clave está en el uso de las bandas de frecuencia llamadas Ka, donde el espectro disponible es muy superior al disponible en las bandas comúnmente usadas Ku y C, además de la posibilidad de reutilizar frecuencias al disponer de beam más pequeños.
“Hoy se empieza a hablar de satélites, que serán lanzados en los próximos 10 años, con capacidades superiores a los 500 Gbit por segundo. Es decir, un tipo de satélite equivalente a 200 satélites como los que hoy comúnmente ocupan la mayoría de las posiciones orbitales, que nos permitirá, a corto plazo, ofrecer al consumidor final anchos de banda de 100 Mb”, añade Antuña.
En paralelo a esta evolución tecnológica, los precios de los equipos y del servicio se han reducido exponencialmente, así, en 2001 el equipo necesario en la casa del usuario – la antena parabólica y el módem – costaba en torno a los 5.000 euros y el servicio estrella en aquel momento, de 2 Mbit por segundo, superaba los 2.000 euros al mes. Hoy el equipo en casa del usuario se sitúa en torno a los 200 euros y el servicio de 20 Mbit por segundo en los 29 euros.
“Está claro que el satélite no es rival para la fibra óptica en un entorno urbano, pero, ¿qué ocurre en aquellos lugares en los que no hay, ni habrá, nunca fibra óptica? En los países en desarrollo, donde la infraestructura de cable está por hacer, es la mejor opción”, indica Aquilino Antuña.
En África la telefonía fija no ha llegado a desarrollarse en los hogares porque la telefonía móvil llegó con tal fuerza que dejó de tener sentido desplegar un cable a los hogares. De esta manera, hay millones de hogares a los que no llega ni un solo par de cobre. Hogares y empresas a los que la única forma de ofrecer servicio es mediante tecnología inalámbrica, y ahí, el satélite juega un papel clave. El satélite es clave también conectar a la red las estaciones base de los servicios de 3G y 4G en regiones donde no existe una infraestructura terrestre.