Varios son los sectores que han conseguido crear nuevas fórmulas de negocio, gracias a la cuarta revolución industrial. Estas nuevas fórmulas cambian la manera de consumir de los usuarios, en muchos casos por la presión de estos ante sus necesidades. Sin embargo, hay otros sectores como la banca española que están presentando problemas para pasar al mundo digital, debido a la falta de talento y tecnologías aplicadas a su sector de actividad. Y es que ahora los clientes quieren la máxima atención por parte de estas entidades en sus dispositivos digitales, más allá de las típicas acciones que se venían llevando a cabo. Las entidades bancarias tienen que comprender que solo aquellas que entiendan la forma de interactuar que los clientes les demandan serán las que sobrevivan. Es más, las que no estén preparadas para el negocio digital se reducirán en más de un tercio durante los próximos años, mientras los beneficios de las empresas con visión de futuro podrán crecer en torno al 40 %.
Y es que no solo se enfrentan a la competencia con otros bancos tradicionales sino también a nuevas empresas digitales centradas en una sola línea de negocio que pueden reclutar de manera ágil a talentos digitales y que no cargan con los gastos de las redes de sucursales de la banca tradicional porque, no debemos olvidar que, una de las razones para que la banca no esté a la misma altura que otros sectores como los de alquiler de casas privadas o el transporte para particulares es, según la plataforma de talento digital Bandit, el hecho de que se necesitan recursos humanos y tecnológicos que creen oportunidades dentro de los mismos y generen, al mismo tiempo, más clientes en el sector. Y es que, tal y como comenta el CEO de esta compañía “la crisis de talento es muy alta, agravándose al demandar las empresas actuales profesionales para la banca. El problema es que nuestro país carece de programas formativos que se adapten a la realidad empresarial”, opina.
Por ello considera que la banca tiene que reflexionar sobre su situación actual en el mercado con respecto a sus clientes y al panorama económico digital a nivel global, máxime cuando hay empresas que tras haber triunfado en su propia actividad han considerado los servicios financieros de los usuarios una continuación natural de su negocio.