La cancelación del proyecto de Broadcom para instalar una fábrica de semiconductores en España, valorado en unos 850 millones de euros, supone un duro revés para el Plan Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) dedicado a la industria de los chips. Esta fábrica, que habría sido la primera planta española especializada en el segmento back-end (encapsulado, ensamblaje y testeo), representaba un pilar fundamental para situar al país como uno de los nodos principales en la cadena de valor europea. Sin embargo, la multinacional decidió cancelar su inversión debido a la compleja situación internacional, marcada por la incertidumbre global, las tensiones comerciales y la volatilidad en las cadenas de suministro.
Fortalecer el diseño y el talento
Para Antonio Cimorra, director de comisiones de AMETIC, “la retirada de Broadcom no es una buena noticia para España, pero no debe considerarse un fracaso para el ecosistema nacional”. Cimorra señala que, aunque la fabricación era uno de los cuatro ejes estratégicos del PERTE Chip y se alinea con la Chips Act europea, “la verdadera fortaleza de España está en el diseño de chips, que representa el 60 % de la actividad del ecosistema”. Por eso, desde AMETIC defienden que la prioridad sea consolidar y reforzar el ecosistema actual, centrado en la fase del diseño, “que ya es uno de los ejes estratégicos del PERTE y en la que la revisión de la Chips Act europea pondrá énfasis”.
La retirada de Broadcom supone un revés para el PERTE Chip, que redobla esfuerzos en diseño e innovación
Cimorra añade que el objetivo debe ser “convertir a España en el país europeo de referencia en diseño de chips”, impulsando el crecimiento orgánico de las empresas fabless nacionales, captando y reteniendo talento, y atrayendo compañías extranjeras de alto nivel. Este enfoque pasa también por “el fomento del talento, que es el cuello de botella más importante del sector en España y Europa. Sin una solución integral, la falta de técnicos especializados seguirá creciendo”. En este sentido, destaca el papel clave de las Cátedras Chip para desarrollar competencias y garantizar la continuidad de profesionales especializados.
Respecto a la fabricación, Cimorra aclara que, aunque para AMETIC “no sea una prioridad tener fábricas en España, sí es fundamental que aquellas que se instalen desarrollen tecnologías alineadas con la evolución industrial nacional, especialmente para sectores estratégicos como la automoción o las aplicaciones satelitales”. Así, se maximizaría el impacto en la cadena de valor local.
Desde la Asociación Española de la Industria de Semiconductores (AESEMI), Alfonso Gabarrón, gerente de relaciones institucionales, reconoce que “la pérdida de un proyecto de esta magnitud siempre es negativa, pero la diversidad de propuestas en el PERTE Chip protege al ecosistema frente a impactos aislados”. No obstante, advierte de que “la política internacional puede frenar inversiones extranjeras, por lo que pedimos una revisión urgente de la Chips Act para proteger las inversiones que ya se han atraído”.
Gabarrón recalca la importancia de una “política industrial común europea que evite la competencia interna entre estados miembros, ya que esto genera una imagen negativa y afecta la competitividad global”. Asimismo, insiste en la necesidad de “un marco económico sólido y a largo plazo, hasta 2034, para dar seguridad a los proyectos que buscan asentarse en la Unión Europea”. Finalmente, destaca que “la Administración debe agilizar la entrega de fondos públicos, pues retrasos como los vistos en proyectos IPCEI, que superan los dos años, pueden hacer que las empresas abandonen iniciativas estratégicas”. Por ello, pide “mayor ambición y flexibilidad en los mecanismos de ayudas estatales para impulsar toda la cadena de valor, desde producción hasta consumo”.
Este contexto obliga a reforzar la colaboración público-privada y a consolidar una estrategia clara y a largo plazo que permita a España no solo recuperar el impulso perdido, sino también avanzar en la construcción de un ecosistema de semiconductores sólido y competitivo. La adaptación rápida a los cambios geopolíticos, la implementación de medidas regulatorias ágiles y la apuesta decidida por la innovación tecnológica y la formación especializada serán determinantes para atraer nuevas inversiones y garantizar la soberanía tecnológica del país. Así, el PERTE Chip deberá jugar un papel clave en el posicionamiento estratégico de España dentro del mapa europeo de la microelectrónica, superando los desafíos actuales y mirando hacia un futuro de crecimiento sostenible.
El PERTE Chip se enfrenta a retos como la agilización administrativa y la atracción de talento para consolidar la industria de semiconductores en España
Proyectos en marcha y perspectivas de futuro
A pesar del golpe que supone la retirada de Broadcom, otras grandes compañías mantienen sus planes dentro del PERTE Chip. Cisco ha anunciado la apertura en Barcelona de su primer centro de diseño de semiconductores de próxima generación en Europa, reforzando la capacidad tecnológica propia en el continente. Intel, en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center, impulsa un laboratorio de diseño de microchips con una inversión conjunta de 400 millones de euros en diez años, cofinanciada con fondos públicos. Este proyecto se centra en I+D para desarrollar tecnologías avanzadas capaces de competir a nivel internacional.
Además, la segunda convocatoria del PERTE Chip ha otorgado financiación a empresas nacionales en áreas estratégicas como fotónica, metrología, computación cuántica y microelectrónica avanzada. Compañías como Vodafone Intelligent Solutions, Ipronnics Programmable Photonics, VLC Photonics, Spartc Foundry y Wooptix evidencian el impulso a la innovación y especialización tecnológica.
El PERTE Chip, con una movilización prevista de hasta 12.000 millones de euros entre 2022 y 2027, encara ahora un momento decisivo. Los retos regulatorios, la atracción y retención de talento, la agilización administrativa y una estrategia industrial europea coordinada serán aspectos básicos para superar el impacto de esta cancelación y mantener el objetivo de convertir a España en un hub tecnológico de referencia en Europa.











