Todos los que asistimos a la última edición de Educause, la principal feria a nivel mundial sobre tecnología aplicada al sector educativo, pudimos comprobar hasta qué punto ha cambiado la educación en los últimos veinte años. Y el cambio radical que han experimentado los procesos de enseñanza-aprendizaje en estos años, que han venido no tanto por la implementación de nuevas metodologías y estrategias didácticas, sino por la aproximación radicalmente distinta que tienen las nuevas generaciones a la educación.
En este evento se ha calificado a estas nuevas generaciones de jóvenes como personas marcadamente realistas, como consecuencia de las décadas de crisis económica sistémica en las que han crecido, en las que las oportunidades de labrarse un futuro profesional son escasas e inciertas, y a pesar de ello altamente motivadas, y que exigen la “hipersonalización”, es decir, una educación totalmente personalizada y acorde a sus intereses y proyectos de futuro. Han crecido, desde los primeros estadios educativos, acostumbrados al trabajo por proyectos y en grupo.
Una de las principales cualidades de estas generaciones de estudiantes es que son nativos digitales, o como se les ha denominado en el evento, “Phigitals”, es decir, personas para las que no hay una frontera entre el mundo físico y el digital, interactúan con igual naturalidad en ambos mundos. Esto se traduce por ejemplo en que valoren tanto un título académico obtenido a través de cursos online como los títulos presenciales. Son eminentemente pragmáticos, y partidarios de integrar los programas educativos con la experiencia del mundo real. Necesitan ver una fuerte conexión entre lo que estudian y la carrera profesional o puesto de trabajo al que aspiran.
Retos para la gestión de las TIC en entornos educativos
En este contexto, las organizaciones educativas se enfrentan a una serie de retos, si quieren satisfacer las demandas de estas nuevas generaciones de estudiantes. El consenso de sector presente en esta feria, que representa a responsables de negocio y de tecnología de universidades y de organismos educativos, ha resumido en diez los principales retos para 2020 y años sucesivos, retos que tienen un componente tecnológico fundamental:
– Integración digital: garantizar la interoperabilidad, escalabilidad y extensibilidad del sistema, así como la integridad de los datos, la seguridad, los estándares y la gobernanza, en múltiples aplicaciones y plataformas.
– Educación superior centrada en el estudiante: creación de un ecosistema de servicios estudiantiles para apoyar todo el ciclo de vida del estudiante, desde la prospección hasta la inscripción, el aprendizaje, la colocación laboral, la participación de ex alumnos y la educación continua
– Retención y finalización de los estudiantes: desarrollo de las capacidades y sistemas para incorporar inteligencia artificial en los servicios de los estudiantes para proporcionar apoyo personalizado y oportuno
– Estrategias de seguridad de la información: desarrollo de estrategias de seguridad basadas en el análisis de riesgos, para detectar, responder y prevenir eficazmente las amenazas y desafíos de seguridad, tanto de TI como en el aula.
– Privacidad y confidencialidad de los datos: salvaguardar los derechos de privacidad de los constituyentes institucionales y mantener la responsabilidad de proteger todo tipo de datos restringidos
– Financiación: desarrollo de modelos de financiación que puedan mantener la calidad y acomodar tanto las nuevas necesidades como el uso creciente de los servicios de TI en una era de restricciones presupuestarias crecientes
– Simplificar la gestión: aplicación de diseño centrado en el usuario, mejora de procesos y reingeniería de sistemas para reducir esfuerzos redundantes o innecesarios y mejorar las experiencias del usuario final
– Facilitar la matriculación e incorporación del estudiante: uso de tecnología, datos y análisis para desarrollar una estrategia de inscripción inclusiva y financieramente sostenible para servir a más y nuevos estudiantes mediante la personalización de las experiencias de reclutamiento, inscripción y aprendizaje
– Hacer la educación superior más asequible. Alinear las prioridades y los recursos de las organizaciones de TI con las prioridades y recursos institucionales para lograr un futuro sostenible
– Reforzar el papel de liderazgo del CIO y de las TIC como elemento estratégico integral de la organización educativa
El campus inteligente: la red como infraestructura crítica
Toda esta revolución en la forma en que las nuevas generaciones demandan educación tiene claras implicaciones para las TIC, y dentro de ellas, la red. Con la transformación digital y la creación del “campus inteligente”, la necesidad de una infraestructura de red altamente fiable y fácil de administrar nunca ha sido mayor en este tipo de entornos.
La cantidad de dispositivos en la red del campus aumenta año tras año a medida que Internet de las cosas se vuelve más frecuente. Un estudiante universitario medio utiliza entre tres y cinco dispositivos inalámbricos móviles, incluidos teléfonos inteligentes, juegos, tabletas, reproductores de música y computadoras portátiles. Las facultades y los departamentos de administración de la Universidad tienen también sus propios dispositivos inalámbricos tanto para la enseñanza como para el uso personal, que necesitan acceso seguro a los recursos del campus. Un campus inteligente, que se apoya en una buena infraestructura de red, permite crear nuevos espacios de aprendizaje adaptables capaces de soportar los nuevos estilos de enseñanza y aprendizaje que se demandan en la actualidad.
Javier Jiménez
Director general de Extreme Networks