Los envíos globales de teléfonos inteligentes crecerán tan solo un 0,6 % interanual en 2025, alcanzando los 1.240 millones de unidades. Así lo asegura IDC, que ha revisado a la baja su previsión de crecimiento (en febrero estimó que el crecimiento sería del 2,3 %) debido a la elevada incertidumbre económica, la volatilidad de los aranceles y factores macroeconómicos como la inflación y el desempleo, que están lastrando el consumo en muchas regiones
Según la consultora, el crecimiento del sector se mantendrá en cifras modestas a entre 2024 y 2029 con una tasa media anual compuesta del 1,4 %. Este estancamiento se atribuye al aumento de la penetración de smartphones, al alargamiento de los ciclos de renovación y al auge del mercado de móviles de segunda mano.
Estados Unidos y China sostienen el crecimiento, a pesar de las tensiones
A pesar de las tensiones geopolíticas, Estados Unidos y China serán los principales impulsores del leve crecimiento previsto para este año. En el caso de China, se espera un aumento del 3 % interanual gracias a los subsidios estatales que estimularán la demanda, beneficiando sobre todo a los dispositivos Android. En cambio, Apple podría registrar un descenso del 1,9 % debido a la creciente competencia de Huawei, la desaceleración económica general y el hecho de que muchos de sus modelos no son aptos para recibir subvenciones públicas, limitadas a los 6.000 yuanes. No obstante, las promociones agresivas previstas para el festival de compras 618 y el esperado lanzamiento del iPhone 17, con importantes mejoras de hardware, podrían contener mayores caídas en la demanda.
Aunque las exenciones arancelarias vigentes han proporcionado un alivio temporal, la posibilidad de nuevas tarifas más amplias supone un riesgo considerable
En Estados Unidos, IDC prevé un crecimiento del 1,9 % en 2025. Esta cifra ha sido revisada a la baja respecto al 3,3 % anterior debido al impacto persistente de la guerra comercial entre Washington y Pekín, así como a los aumentos de precios provocados por los aranceles. Sin embargo, el modelo de comercialización estadounidense (basado en la venta de terminales a través de operadoras móviles) ha amortiguado el impacto, gracias a atractivos planes de financiación sin intereses y programas de renovación.
“El mercado estadounidense ha logrado esquivar un golpe mayor gracias a su estructura particular, donde las operadoras desempeñan un papel fundamental para mantener la demanda”, afirma Anthony Scarsella, director de investigación en IDC.
Presión arancelaria
Desde el pasado 2 de abril, la industria global del smartphone navega un periodo de elevada incertidumbre. Aunque las exenciones arancelarias vigentes han proporcionado un alivio temporal, la posibilidad de nuevas tarifas más amplias supone un riesgo considerable.
“Las últimas señales procedentes del Gobierno de EE. UU. respecto a posibles subidas arancelarias sobre los smartphones fabricados fuera del país complican aún más la planificación estratégica de los fabricantes”, advierte Nabila Popal, directora sénior de investigación en IDC. “India y Vietnam seguirán posicionándose como principales alternativas a China para la producción, pero unos aranceles adicionales del 20 al 30 % para dispositivos con destino a EE. UU. podrían tener un impacto muy negativo en las previsiones actuales del mercado estadounidense”.