Alguien dijo una vez que la Navidad consiste en dar aquello que el dinero no puede comprar. Y es que no hay nada mejor que dar y recibir el abrazo o el beso de alguien que, tal ver pronto, ya no estará. Sentir el calor de quien te apoya ante las dificultades. Una sonrisa en un momento de incomprensión. Una mirada cómplice o de amor. Una caricia de tu persona favorita. El acompañamiento ante la soledad… Hacer sentir al otro importante y único. Tanto como lo es la Navidad para millones de personas que la viven de manera intensa.
Feliz Navidad.











