El denominado “morphing” se une a las amenazas de seguridad ya conocidas a nivel internacional. Se trata de una técnica informática que consiste en hacer una copia exacta de la fotografía de tu cara y fusionarla con la del criminal para obtener una tercera cara con la que hacerse pasar por ti, tanto en los controles biométricos de seguridad de fronteras y aduanas, al incorporar la fotografía al pasaporte, como para liberar los reconocimientos faciales de tu smartphone.
Esta amenaza de seguridad, que se ha detectado recientemente en los controles de fronteras, permite al crimen organizado y el terrorismo circular libremente y entrar en los diferentes estados con total impunidad.
Precisamente, la importancia de crear un marco de seguridad que proteja tanto a gobiernos como ciudadanos de la posible violación de estos sistemas de detección fue el centro del debate en TECNOSEC, el primer Salón de Altas Tecnologías de Seguridad e Inteligencia, donde se presentaron diferentes soluciones tecnológicas para los sistemas de control de fronteras y contra el crimen organizado y el terrorismo, incidiendo en la importancia de que los sistemas biométricos implantados en dichos controles sean ágiles y automatizados.
En este sentido, SICPA lleva ayudando a gobiernos, administraciones públicas y entidades privadas a protegerse desde hace más de 50 años, con soluciones como su tinta de seguridad que blinda a más del 90 % de los billetes en efectivo que circulan por el mundo, y soluciones de seguridad digital adaptados a los nuevos tiempos, también en el caso de las fronteras para proteger DNIs y pasaportes
Con el fin de protegerse frente a la nueva amenaza que supone el “morphing”, SICPA ha desarrollado un sistema impenetrable que blinda cualquier intento de falsificación. Esta solución coge la fotografía original de nuestro pasaporte o documento y la convierte en un visual hash o código encriptado de apenas 20 bytes con algoritmos criptográficos que se incrustan en un código QR securizado. El sistema impide las falsificaciones posteriores porque el proceso es unidireccional (el QR nunca podría hacer el camino inverso y convertirse en la fotografía original). Además, facilita el intercambio de información entre estados debido al pequeño tamaño del ‘visual hash’ y agiliza el proceso de verificación biométrica en los controles fronterizos.