Los cambios económicos, tecnológicos y empresariales se suceden a una velocidad que las soluciones que se utilizaban en el pasado no sirven. Se necesita una mayor rapidez de reacción. Ya no se trata de un proceso lineal con un principio y un fin, en un proceso continuo donde los ciclos de vida de los productos son más cortos, la disrupción tecnológica es constante y las necesidades de los clientes varían rápidamente, por lo que se necesita un cambio de mentalidad y comportamiento. Nuevas maneras de trabajar que integren el cambio y la adaptación constante como un rasgo permanente de la cultura organizacional. Sin embargo esto no siempre ocurre, tal y como demuestran los datos del I Observatorio de Ejecución Estratégica realizado por la consultora BTS, especializada en el lado humano de la transformación y de la ejecución de la estrategia. Datos que indican que la resistencia al cambio por parte de los equipos y las metodologías antiguas que usan los líderes para hacer frente a los retos actuales son los mayores problemas que se presentan. Además, casi la mitad de los directores y más del 35 % de los empleados consideran que las dificultades para pivotar o innovar cuando es necesario son producidas por la complejidad de los procesos internos, que dificultan la implementación de las transformaciones necesarias. Todo ello junto a la diferente manera de ver las situaciones entre diferentes niveles jerárquicos de las compañía, lo que impide una mayor fluidez y efectividad en los cambios.
En el estudio también se pone de manifiesto la necesidad por parte de los empleados de contar un mayor apoyo a la hora de implementar la estrategia, sobre todo por parte de supervisores y directores ya que un 56 % señala que sólo cuentan “en cierta medida” con el respaldo de sus superiores. Por ello, las empresas deben empezar a tomar mayor conciencia y proponer nuevas soluciones y metodologías que permitan reaccionar de forma más adecuada ante la incertidumbre actual en los mercados.
¿Cuál es la solución? Desarrollar mentalidades que acepten el cambio como parte de su rutina diaria, algo que permitirá a las organizaciones estar mejor preparadas para afrontar la incertidumbre y crecer, de la mano de un nuevo tipo de liderazgo encabezado por los change-ready leaders, que ven los cambios como oportunidades, señalan desde la consultora. Liderazgo que desde BTS fomentan.
Los change-ready leaders marcan la visión y son ágiles en su ejecución. Se apalancan en datos para responder rápido a los cambios del entorno y aprovechan las oportunidades nuevas que surgen con un claro sesgo a tomar acción. Y es que, tal y como comenta Marta Zaragoza, executive vice president & global partner en BTS, “ante un cambio constante es más fácil enganchar a la organización, haciéndoles partícipes del cambio que impulsarlo sólo desde la dirección ya que así el cambio se aceptará como algo necesario para el crecimiento”. Al tiempo que recuerda que “el cambio ya no es un desafío ocasional que se debe resolver lo antes posible, sino la característica que define a prácticamente todos los mercados e industrias. Las empresas más preparadas abrazan la adaptación como parte de su ADN”.