La inteligencia artificial generativa se consolida como una herramienta estratégica para el crecimiento y la rentabilidad empresarial. Según estimaciones de McKinsey, esta tecnología podría aportar entre 2,6 y 4,4 billones de dólares de productividad anual a la economía global. Sin embargo, el reto no está solo en adoptar la IA, sino en lograr que las iniciativas pasen de la teoría a la práctica. Según la encuesta de S&P Global Market Intelligence 2025, el 42 % de las empresas ha abandonado este año la mayoría de sus proyectos de IA, frente al 17 % que no se completaron en 2024. En la misma línea, Gartner señala que un 46 % de las iniciativas no superan la fase piloto.
En este contexto, Galtea, compañía especializada en desarrollar tecnología para validar sistemas de IA generativa, advierte sobre la necesidad de certificar la seguridad y fiabilidad de los modelos antes de su lanzamiento. Su CEO, Jorge Palomar, subraya que “el primer paso para garantizar el éxito es reducir el margen existente entre la realidad, las expectativas y los resultados de las empresas”. Palomar insiste en que las compañías deben “asegurar que sus sistemas de IA son seguros y precisos, contando con herramientas que les permitan validarlos, y de esta forma garantizar su fiabilidad, seguridad y cumplimiento regulatorio”.
Cada vez más organizaciones integran la IA en procesos críticos, desde la atención al cliente hasta la detección de fraudes o la generación de contenido, pero pocas disponen de protocolos robustos de validación que aseguren su comportamiento fiable en entornos reales. Galtea propone el uso de datos sintéticos y usuarios simulados para someter los sistemas a pruebas exhaustivas. Estas simulaciones permiten recrear escenarios realistas, probar el rendimiento y detectar posibles fallos antes del despliegue. “Se trata de reproducir un escenario real de interacciones de potenciales usuarios reales a escala, que ofrezca información rigurosa del comportamiento del sistema y permita una buena gestión de calidad y riesgos”, explica Palomar. Para lograr el éxito, las empresas deben identificar los errores de sus sistemas antes de que lleguen a producción y comprobar su rendimiento a gran escala. “La validación debe ser un requisito previo, no un paso posterior al despliegue”, enfatiza el CEO de Galtea.
El impacto de contar con socios tecnológicos especializados es notable: según un informe del MIT las empresas que trabajan con proveedores expertos alcanzan una probabilidad de éxito del 67 %. Además, las compañías que emplean la tecnología de Galtea han experimentado una aceleración del 80 % en sus procesos de validación y un incremento del 25% en el rendimiento de sus modelos. “Validar no es frenar la innovación, sino garantizar que la innovación llegue a buen puerto”, concluye Palomar.











