La innovación se ha convertido en una pieza clave para el futuro de Europa. Ya no es solo un motor de crecimiento económico, sino también una herramienta esencial para hacer frente a grandes desafíos como el cambio climático, la transformación digital o la carrera por el liderazgo tecnológico a nivel global. Y aunque aún queda camino por recorrer, los últimos datos del European Innovation Scoreboard (EIS) indican que Europa avanza en la dirección correcta: desde 2018, el rendimiento innovador de la Unión Europea ha mejorado un 12,6 %.
Este informe, elaborado por la Comisión Europea, señala que todos los Estados miembros han progresado en materia de innovación en los últimos siete años, aunque con avances desiguales. Estonia lidera el crecimiento acumulado, con una mejora de 30 puntos desde 2018, mientras que Luxemburgo ha registrado un incremento más moderado, de apenas 0,9 puntos. En el último año analizado, trece países mejoraron sus puntuaciones, siendo Malta (+7,6) y Luxemburgo (+5) los que más subieron.
Países que lideran
Suecia vuelve a situarse a la cabeza del ranking europeo de innovación, gracias a su fuerte apuesta por la formación continua, la inversión en I+D por parte del sector empresarial y la adopción de tecnologías como la computación en la nube. Irlanda, por su parte, lidera ahora el grupo de los Strong Innovators, destacando por su eficiencia en sostenibilidad, productividad baja en emisiones y colaboración entre pymes.
También hay casos llamativos, como el de Croacia, que ha ascendido de categoría tras lograr una mejora de casi 20 puntos desde 2018. Estos avances demuestran que, con políticas adecuadas y objetivos claros, incluso los países con menor recorrido en innovación pueden avanzar con rapidez.
No obstante, el informe también lanza una señal de alerta. Entre 2024 y 2025, el rendimiento medio de la innovación en la UE cayó ligeramente (–0,4 puntos), lo que podría reflejar una cierta desaceleración en un momento en el que la competencia global se intensifica. Desde Bruselas advierten que esta pausa no debe tomarse a la ligera: urge reforzar la inversión en innovación, apoyar a startups, facilitar el crecimiento de empresas tecnológicas y atraer talento internacional.
Brechas regionales
El análisis regional arroja resultados igualmente reveladores. Entre 2018 y 2025, 233 de las 241 regiones europeas mejoraron su rendimiento en innovación, con un aumento medio cercano a los 12 puntos. Sin embargo, más de 80 regiones registraron retrocesos en los dos últimos años, lo que evidencia que no todos avanzan al mismo ritmo.
A pesar de ello, algunas regiones del sur de Europa están destacando positivamente. Es el caso de Cataluña, Madrid, Navarra, la Comunidad Valenciana o el País Vasco, que ya superan la media europea. Sin embargo, la brecha entre las regiones del norte y del sur sigue siendo un reto pendiente para la cohesión territorial del bloque.










