Tras el entusiasmo en torno a la inteligencia artificial, muchas organizaciones empiezan a cuestionarse si realmente están aprovechando su potencial. Esta fue una de las reflexiones centrales de la mesa redonda “IA Post-Hype: Lo que funciona, lo que no y lo que viene”, organizada por LedaMC, un encuentro que buscó analizar el papel actual de esta tecnología en las empresas y en el que Dácil Castelo, CEO de LedaMC, señaló que “A la IA hay que ponerle sabiduría humana”, recordando que el valor surge de combinar la tecnología con un pensamiento crítico orientado a resultados con propósito.
Los ponentes coincidieron en que muchas compañías se lanzaron a la IA impulsadas por la moda, sin una estrategia clara. “Cuando te dejas llevar por el hype, olvidas que las cosas deben tener un sentido”, advirtió Carlos González, director de Gobierno y Arquitectura IT en ABANCA, quien señaló que la presión interna a menudo eclipsa la necesidad de medir la eficiencia real de los desarrollos.
Manuel Rodríguez, CIO de Agroseguro, señaló que el miedo a quedarse atrás sigue presente en las organizaciones: “Existe mucho FOMO en tecnología. Pero nosotros trabajamos en proyectos que van a aportar valor. Parte del ROI es entender la potencialidad real de cada iniciativa”. María José Peral, CEO del Instituto de inteligencia artificial, por su parte, defendió la necesidad de “reeducar” a las empresas: “La IA no es una solución mágica. Antes del efecto wow, hay que evaluar el impacto”.
Al hablar de proyectos exitosos, los expertos defendieron que la mejor IA es la que pasa desapercibida. Peral explicó cómo los modelos generativos han permitido mejorar la experiencia de los alumnos sin perder la interacción humana. Rodríguez destacó el detector de fraude que Agroseguro utiliza desde hace dos años, con “un retorno fenomenal”.
González Jardón insistió en el peso de la confianza en el sector financiero, lo que les lleva a centrar sus soluciones de IA en procesos internos o de soporte. También relató un efecto inesperado, surgido en una herramienta que revisa documentación: los usuarios empezaron a enviar solicitudes incompletas confiando en que el sistema les indicaría qué faltaba, un ejemplo de cómo la tecnología puede alterar comportamientos y exigir monitorización continua.
Otro de los ejes del debate fue la necesidad de unir IA generativa y pensamiento crítico. “Los modelos son probabilísticos, dan la respuesta más probable, no necesariamente la correcta”, recordó Rodríguez. González Jardón alertó de que “el verdadero problema no son las alucinaciones de la IA, sino las nuestras”, cuando los usuarios confían en ella sin entender sus límites.
Para los tres ponentes la curiosidad, la educación y la formación continua son la mejor herramienta ante el avance tecnológico. “Más que protegerse de la IA, hay que aprender y mantenerse al día”, señaló Peral.
La conversación derivó también hacia la protección de datos, la calidad de la información y la posible burbuja que rodea a la IA. En banca, apuntó González Jardón, la seguridad es una prioridad absoluta: “La protección completa no existe, pero nos esforzamos en dar los pasos correctos”.
La cultura de datos sigue siendo una asignatura pendiente para muchas organizaciones, coincidieron los participantes. “Sin datos fiables, la IA no sirve para nada”, resumió González Jardón. Peral alertó además sobre la “burbuja formativa” en torno a cursos y programas que no siempre incluyen criterios éticos ni pensamiento crítico. Rodríguez recordó que la sostenibilidad tecnológica pasa también por medir el coste de oportunidad: “No podemos subirnos a todo lo nuevo”.
El encuentro concluyó con una llamada a una adopción responsable, medible y orientada al valor real. “La IA ha democratizado la tecnología, pero ahora toca hacerla verdaderamente útil”, afirmó Julián Gómez.
LedaMC explicó que lleva más de dos años aplicando esta visión en sus propios proyectos, integrando IA generativa en estimación de software, mejora de requisitos, generación de casos de prueba y análisis de productividad dentro de su herramienta Quanter, con el objetivo de ayudar a las organizaciones a lograr más con menos.











