El 10 % de los trabajadores en España teme que la inteligencia artificial reemplace su empleo, una cifra que se sitúa como la segunda más alta en Europa y que está alineada con la media global. Así lo revela el informe “People at Work 2025” elaborado por ADP Research, la división de estudios e investigación de ADP, compañía especializada en soluciones de recursos humanos y nómina.
El informe, basado en una encuesta a más de 38.000 trabajadores en España y otros 33 países, analiza la percepción global sobre la influencia de la IA en el mundo laboral, centrándose en la familiaridad, receptividad y preocupaciones que genera esta tecnología, destaca que la diferencia en esta percepción en función de la edad ya que los que menos temor demuestran son los mayores de 55 años: un 4 % frente a los de la generación que expresan su temor en un 26 %. Los millenials se sitúan en el 12 %.
A nivel global, el estudio muestra una visión ambivalente sobre el papel de la IA: aunque el 50 % de los trabajadores cree que tendrá un impacto positivo en su empleo el próximo año, uno de cada diez también manifiesta miedo a perder su puesto por esta causa.
«El impacto de la IA no es sólo tecnológico, también emocional», explica Bárbara Gómez, directora de Operaciones de ADP Iberia. «Muchos trabajadores ven la IA como una oportunidad, pero también genera incertidumbre. Las empresas que sepan gestionar este equilibrio emocional estarán mejor preparadas para liderar la transformación».
El informe también señala que un 44 % de los trabajadores no tiene claro cómo la IA afectará a su trabajo, lo que incrementa la ansiedad laboral. Esta preocupación tiene consecuencias directas: el 30 % de quienes creen que pueden ser reemplazados por la IA está buscando activamente otro empleo, frente al 16 % entre quienes no comparten ese temor.
Los trabajadores altamente cualificados (programadores, ingenieros o académicos) lideran tanto en optimismo (20 %) como en preocupación (15 %) respecto a la IA. Por el contrario, los empleados en tareas repetitivas tienen menos expectativas positivas (5 %), pero también una alta percepción de riesgo (13 %). Por otro lado, los sectores tecnológicos, financieros y de seguros son los más optimistas, mientras que industrias centradas en la interacción humana, como la sanidad o los servicios sociales, muestran una mayor cautela.
En cuanto a la ubicación, regiones como Oriente Medio y África presentan la visión más positiva (27 %), mientras que Japón (4 %) y Suecia (6 %) muestran el mayor escepticismo. En Europa, sólo el 11 % cree que la IA tendrá un impacto positivo en su empleo en el próximo año.
Para Bárbara Gómez, «Cada hora que la IA ahorra puede ser reinvertida en el desarrollo y compromiso de las personas. La clave está en integrar la IA con una visión humana y estratégica, preparando a los trabajadores para un entorno cambiante sin dejar de lado el componente emocional y el bienestar”.











