Ayming, compañía especializada en estrategia y financiación para la innovación empresarial e institucional, ha publicado la séptima edición de su Barómetro Internacional de la Innovación, un estudio que recoge la opinión de casi 900 directivos de I+D+i y CEO de 17 países de Europa, Norteamérica y Asia. El informe identifica las principales tendencias, retos y perspectivas de inversión en materia de innovación a escala global.
Este año España se sitúa a la cabeza europea en previsión de aumento de la inversión en innovación: el 85 % de las empresas españolas planea incrementar su presupuesto en 2026, el dato más alto desde que se realiza la encuesta y cinco puntos por encima de la media global (80 %). En 2021, el porcentaje era del 72 %. España supera así a Francia (82 %), Italia (79 %), Alemania (76 %) y Reino Unido (70 %).
En cuanto a la intensidad de la inversión, el 24 % de las compañías españolas destinará entre el 9 y el 10 % de sus ingresos a innovación, cifra en línea con la media global. Un 25 % invertirá el 5 %, mientras que solo un 4 % prevé dedicar entre el 1 y el 2 %. Este último grupo refleja una brecha significativa entre grandes y pequeñas empresas: el 9 % de las pymes se mantiene en ese rango, frente al 1 % de las grandes corporaciones.
Las prioridades de innovación en España se centran en la adopción de nuevas herramientas y tecnologías (42 %), la implementación de inteligencia artificial (39 %) y la optimización de procesos (32 %). La sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental, pese a la presión regulatoria, aún no figuran entre las principales prioridades (20 %). Estos datos confirman la fuerte apuesta del tejido empresarial español por la transformación digital. No obstante, las compañías siguen enfrentándose a barreras internas. Las más señaladas son la visión cortoplacista y la presión por obtener resultados inmediatos (45 %), la burocracia y los procesos ineficientes (43 %), y la escasez de talento y competencias especializadas (43 %).
El informe destaca también un cambio en las vías de financiación de la innovación. Las deducciones fiscales (49 %), la autofinanciación (46 %) y las ayudas públicas (46 %) son las principales fuentes, con incrementos de nueve y trece puntos, respectivamente, respecto al año anterior.
Además, el 42 % de las empresas españolas dispone ya de una estrategia de innovación a diez años, cuatro puntos más que en 2024. Entre las grandes corporaciones, esta cifra alcanza el 49 %, mientras que entre las pymes se sitúa en el 32 %. Solo el 11 % de las empresas carece de una estrategia definida, frente al 16 % de la media global.
Por primera vez, el barómetro incorpora un bloque sobre seguridad y defensa empresarial, motivado por el actual contexto de inestabilidad geopolítica. Del mismo se desprende que el 66 % de las empresas españolas ha invertido en ciberseguridad en el último año, el porcentaje más alto entre los 17 países analizados.
Las principales preocupaciones son las amenazas cibernéticas (59 %), las interrupciones en la cadena de suministro (46 %) y los riesgos energéticos derivados de conflictos internacionales (41 %). Ante estos desafíos, el 42 % de las empresas ha diversificado sus proveedores y el 41 % ha revisado sus fuentes energéticas. Además, el 78 % planea aumentar la inversión en innovación vinculada a la seguridad en los próximos dos años.
En materia de localización, el 61 % de las empresas españolas mantiene sus actividades de innovación dentro del país, once puntos por encima de la media global (50 %). Sin embargo, España ha pasado de liderar este indicador en Europa a situarse por detrás de Países Bajos (71 %), Hungría (68 %) y República Checa (66 %).
Aun así, el compromiso con la innovación nacional sigue siendo sólido, aunque otras economías europeas refuerzan su apuesta por la I+D local.











