El sector bancario se enfrenta a la necesidad de gestionar grandes volúmenes de datos, convirtiéndolos en oportunidades de negocio, algo para lo que es fundamental el big data a la hora de mejorar personalizar la oferta, tomar decisiones estratégicas, optimizar la gestión de riesgos, y convertir grandes volúmenes de información en valor tangible para las instituciones bancarias y sus clientes. Un big data que, tal y como señalan desde la consultora Qaracter, identifica patrones de comportamiento, detecta tendencias y optimiza estrategias de negocio, algo que permite a las entidades financieras desarrollar productos personalizados que se alineen con las necesidades y expectativas de sus clientes. Y, al contribuir a la mejorar de la eficiencia operativa con la automatización de procesos y a la optimización de recursos, las entidades financieras también mejoran la calidad de sus servicios y reducen costes.
En cuanto a la gestión del riesgo, desde Qaracter señalan que el big data facilita llevar a cabo evaluaciones más precisas y completas de los perfiles de riesgo de sus clientes, reduciendo la exposición a pérdida y posibilitando una gestión proactiva alineada con las necesidades regulatorias del sector. Por lo tanto, la mitigación de riesgos a través del big data transforma la manera de operar de los bancos, protegiendo sus activos y ofreciendo productos más ajustados a la realidad de sus clientes. Estas herramientas también permiten adaptarse a las diferentes regulaciones más ágilmente, asegurando una gestión más transparente.