En España la economía digital supone el 19 % del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra que en Estados Unidos ronda el 33 % y en el mundo se acerca al 22 %. Estos datos, procedentes de un estudio de Accenture, irán en aumento y se prevé que la economía digital siga al alza.
Estas cifras son un reflejo de que la sociedad y la economía cambian, así que también deben hacerlo las infraestructuras. Antes los países creaban riqueza con la producción de bienes y su transporte por ferrocarril, carretera y puerto. Hoy por hoy, en la era digital, son los datos y su transporte los que mayor valor generan para la economía y por lo tanto se necesitan infraestructuras digitales y no productivas para garantizar el crecimiento económico. Estas infraestructuras digitales no son más que redes de telecomunicaciones y centros de datos donde se interconectan todas las redes para intercambiar los datos.
Es por ello que es imprescindible un incremento de la inversión en las infraestructuras digitales. Las redes cada vez tienen una mayor visibilidad y el esfuerzo en su despliegue es notable. Por poner un ejemplo, España es el país con más fibra óptica desplegada hasta el hogar, más que Francia, Alemania y Reino Unido juntos. Esto sitúa a nuestro país en una posición muy favorable para el desarrollo de futuras tecnologías, pero no es suficiente. Hay que interconectar esas redes.
Ese es el papel del centro de datos: un lugar físico donde se alojan los grandes servidores que conforman Internet y desde donde se sirve todo el contenido digital tanto a los ciudadanos – para el uso de redes sociales, fotos, vídeos, películas en streaming, etc. – como a empresas (ya sean PYME o compañías del Ibex35) para sus necesidades de computación en la nube. Por lo tanto, un centro de datos es una arquitectura troncal digital relevante para la sociedad moderna.
Necesidad de inversión en infraestructura digital
Por un lado es necesario crear un clima que favorezca el aumento de la inversión y la llegada de nuevas compañías especializadas en la gestión de centros de datos a nuestro país.
Según recoge el estudio Madrid Hub Digital, conforme aumenta la demanda de servicios cloud, la distribución de contenido audiovisual y la oferta de interconexiones, se hará necesaria una segunda ola de inversiones en centros de datos europeos para crear nodos de conectividad alternativos a los ya existentes en el norte y centro de Europa. Madrid, y por extensión España, tiene una gran oportunidad para convertirse en el hub digital del sur europeo pues está estratégicamente posicionada y el tráfico de otros continentes se interconecta aquí.
En cifras, el estudio muestra que el impacto económico en la región en una situación de inercia, es decir, sin estímulos, sería de 944 millones de euros. Sin embargo, en un escenario de Hub Digital, en el que existe un esfuerzo coordinado y un plan estratégico que implica a los principales agentes económicos y administraciones públicas, el impacto alcanzaría los 6.088 millones de euros.
La ventaja es clara, pero para materializarla, hay que establecer una estrategia colaborativa que incluya a todos los actores implicados.
Por otro, no podemos olvidar que ese mundo digital está soportado por una gran cantidad de máquinas que demandan energía. Así que hay que hablar de la sostenibilidad y eficiencia energética en los centros de datos.
Mayor tráfico, mismo consumo energético
La Agencia Internacional de la Energía ha calculado que el tráfico de internet en los últimos cuatro años se ha triplicado, las cargas en el centro de datos se han duplicado, pero la energía utilizada ha sido la misma. Para los próximos dos años, el tráfico aumentará un 66 %, las cargas IT en los centros de datos subirán un 50 % y la energía consumida seguirá siendo la misma.
¿Por qué? Porque se construyen menos centros de datos tradicionales, hay más centros de datos hiperescala, centros de colocation y centros de datos cloud. Además, en la industria – tanto hardware como infraestructura del centro de datos – se busca cada vez un uso más eficiente de la energía.
Es necesario, por tanto, decir que los centros de datos demuestran que son cada vez más eficientes y contribuyen a una economía sostenible.
En definitiva, estamos en un sector que hace cosas buenas para la sociedad. Hace 20 años nadie sabía lo que era un centro de datos. Hoy vamos teniendo más visibilidad. Somos el eslabón desconocido de la Economía Digital.
Robert Assink
Director general de Interxion España