El Covid-19 ha convertido el teletrabajo en una medida de continuidad empresarial. Pero el acceso remoto a los datos y sistemas de la organización a través de diversos dispositivos móviles y múltiples redes tiene un lado difícil que mantiene a los directores de seguridad (CISO) en continua alerta. Y es que, acceder a los datos fuera del perímetro de la red segura crea numerosas vulnerabilidades para las organizaciones.
Con este escenario, ¿cuáles son esos riesgos a los que se enfrentan los CISO? Fujitsu enumera los desafíos que traen de cabeza a los directores de seguridad y aporta algunas soluciones para mitigarlos.
- Problemas de capacidad: la VPN que utilizan los empleados para teletrabajar ejercen una presión sobre los recursos de la organización, por eso es necesario disponer de suficientes licencias para un acceso seguro. Para asignar de forma segura el tráfico web los CISO deberían valorar el uso de soluciones de Cloud Access Security Broker, que permita gestionar las demandas, manteniendo la seguridad y garantizando que los usuarios y aplicaciones están protegidos.
- Dispositivos inseguros: los parques y las actualizaciones conllevan problemas de seguridad, ignorarlos abre nuevos vectores de ataque para los ciberdelincuentes. Por eso los responsables de TI deben asegurarse de que se implementa los parches adecuados. Lo que requiere visibilidad de los dispositivos y su estado. En este sentido, el proceso necesita una mayor visibilidad de las próximas actualizaciones de los fabricantes de software y hardware, de esta manera sabrán que dichas actualizaciones se aplican tan pronto como están disponibles.
- El comportamiento sospechoso se vuelve difícil de controlar: el trabajo en remoto altera las pautas de trabajo básicas, ya que se trabaja fuera del perímetro de seguridad de las empresas. Por ello es necesario monitorizar los comportamientos. Las herramientas de Análisis del Comportamiento de Usuarios y Entidades proporcionan una mayor visibilidad e información sobre los usuarios. Asimismo, proporcionan la conciencia contextual que los analistas de amenazas requieren para establecer si un determinado comportamiento es sospechoso o no.
- Los atacantes explotan el comportamiento de uso de los dispositivos móviles: los usuarios suelen tener varias cuentas de correo electrónico en un solo dispositivo, esto significa que cualquier ataque de phishing al correo electrónico personal podría afectar a las redes de las organizaciones, si el dispositivo de la empres se ve comprometido. La solución a esta situación es una educación clara y rigurosa sobre las políticas de uso de los dispositivos móviles.
- Las brechas de los dispositivos físicos: cuando un dispositivo de empresa se pierde esto presenta un riesgo de seguridad directo y significativo para los datos de la compañía, tanto en el propio dispositivo como en las redes de las organizaciones. Para solventarlo los usuarios deben ser instruidos sobre las políticas de empresa. Además, el uso de sólidos métodos de cifrado de dispositivos proporcionarán cierta protección. Mientras que las capacidades de gestión se remediarían automáticamente con un bloqueo remoto o un borrado del dispositivo.
- Aplicaciones maliciosas: las vidas personales y profesionales cada vez convergen más en los dispositivos móviles, por eso es inevitable que los usuarios descarguen aplicaciones para uso personal en los equipos de trabajo. Esto supone nuevas vulnerabilidades de seguridad. Para hacer frente a estas prácticas las políticas de uso de los dispositivos móviles deben describir los términos de uso aceptables para evitar pérdida de datos. Asimismo, los equipos de seguridad también deberían vigilar rutinariamente los dispositivos para buscar aplicaciones maliciosas conocidas.