En un movimiento que refuerza la cooperación tecnológica, Estados Unidos y Reino Unido han firmado el “Technology Prosperity Deal”, un memorando de entendimiento para colaborar en el desarrollo conjunto de infraestructura y tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, la energía nuclear civil y la computación cuántica.
El acuerdo prevé la creación de programas de investigación conjuntos, el desarrollo de estándares comunes, el impulso a la innovación y la coordinación en políticas que promuevan la adopción segura y responsable de estas tecnologías. Ambas naciones buscan acelerar la innovación, garantizar la seguridad tecnológica y fortalecer su liderazgo global en sectores estratégicos.
Aunque el memorando de entendimiento no especifica cifras oficiales de inversión, diversos medios de comunicación especializados en tecnología y economía cifran la movilización de capital privado-derivada de este acuerdo en torno a 150.000 millones de libras esterlinas (aproximadamente 204.000 millones de dólares). Este volumen de inversión provendría principalmente de grandes empresas estadounidenses que planean impulsar infraestructuras y centros de datos avanzados en el Reino Unido, así como proyectos en inteligencia artificial, energía nuclear civil y computación cuántica. Entre los compromisos más destacados se encuentran inversiones millonarias de compañías como Microsoft, Google, Nvidia y CoreWeave, que consolidan la alianza tecnológica entre ambos países.
Entre las áreas prioritarias de cooperación destacan el desarrollo de infraestructura de IA, la creación de nuevos centros de datos, la investigación en modelos y conjuntos de datos científicos, la aceleración de la energía nuclear avanzada (incluyendo la fusión) y el impulso a la computación cuántica, con iniciativas que incluyen desafíos de código, benchmarking y el desarrollo de estándares compartidos.
Para garantizar el éxito de la colaboración, ambos gobiernos establecerán un grupo de trabajo ministerial que supervisará la implementación del acuerdo, establecerá prioridades y evaluará los avances anualmente.
Este pacto llega en un contexto de creciente competencia global en tecnologías disruptivas y refleja la voluntad de Estados Unidos y Reino Unido de unirse para asegurar su soberanía tecnológica, fomentar la innovación y crear empleos altamente cualificados en sus respectivos territorios.











