2020 se va dejándonos lo mejor de nosotros mismos, porque hasta de las situaciones más difíciles podemos extraer una lección positiva.
Probablemente muchas personas se han preguntado qué harían ante una u otra hipotética situación. Y tal vez su respuesta no tenga nada que ver con lo que realmente llevarían a cabo, si se enfrentaran a la situación real.
La covid-19 nos ha llevado al límite personal y profesional, pero supimos mirar de frente a un presente amenazador que nos ofrecía un futuro incierto. Y sacamos lo mejor de nosotros mismos. Coraje para vivir como nunca lo habíamos hecho. Un coraje que puede atribuirse a todos los sectores de la sociedad, estamentos sociales, sexos, edades o países, sin excepción, aunque algunos hayan tenido un papel preponderante por razones obvias.
2020 nos ha permitido conocernos mejor. Saber hasta dónde éramos capaces de resistir. Y de todo lo que podíamos dar.
A nivel personal la lejanía de los nuestros ha estrechado lazos que la “bendita tecnología” se ha encargado de unir. Y a nivel empresarial, directivos y trabajadores hemos formado parte de “una misma piel”, la de la empresa que había que sacar adelante. Todos a una, con un ímpetu nunca visto.
2021 se presenta como el gran deseado. Probablemente tan solo sea el año de la transición hacia la ansiada normalidad. Pero nos permitirá mirar con otros ojos al futuro porque, aunque hayamos demostrado nuestra capacidad de superación, todo tiene sus tiempos.
Bienvenido 2021. Te abrazamos sin verte, aún a sabiendas de que, como todos tus antecesores, no serás perfecto. Pero con la esperanza de que tras la tempestad llega la calma. Solo tú serás capaz de demostrarnos si las lecciones aprendidas en 2020 nos servirán de algo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!