Según un análisis del Grupo CMC, las grandes empresas españolas están empezando a usar de manera intensiva sus soluciones de gestión de comunicaciones con sus clientes como soporte para mensajes comerciales y de marketing. Según el análisis de CMC, esta tendencia, que se inició tras la liberalización del mercado de las telecomunicaciones, se ha intensificado de manera notable tras la más reciente de los proveedores de servicios energéticos.
De hecho, y según el Grupo CMC, actualmente el 85% de las empresas del IBEX35 pertenecientes a los sectores Banca y Seguros, Telecomunicaciones, Eléctrico e Industrial ya emplean tecnologías CCM y el 15% tiene previsto hacerlo a corto plazo. Según el informe, este tipo de soluciones son factibles para empresas que mantengan un ritmo de comunicados con clientes superior a los 40.000 al mes.
Asimismo y dado que la tecnología CCM permite eliminar etapas manuales y agiliza los procesos gracias a la organización de los flujos de trabajo y los procesos de validación, la centralización de las ediciones, la composición automática y la creación dinámica de documentos, se consigue una edición más clara. De esta forma se evitan dudas o incomprensiones, reduciéndose hasta en un 75% las reclamaciones de los clientes.
Las aplicaciones CCM, cuyo uso más frecuente ha sido hasta ahora el de emisión de facturas, llevan en el mercado alrededor de una década. Estas soluciones han experimentado una evolución importante en los últimos cinco años y empiezan a considerarse estratégicas no solo para los departamentos financiero/contable, legal/fiscal y de atención cliente, sino y cada vez más para las áreas comercial y de marketing. De hecho, una de las principales ventajas de las herramientas CCM radica en su capacidad para facilitar la integración de información entre los distintos departamentos de la organización, permitiendo así componer y trasladar información en los formatos más adecuados y a través de los canales que demanden los clientes.
Estas capacidades avanzadas permiten a las organizaciones realizar iniciativas transpromocionales, es decir, aprovechar las comunicaciones formales puramente informativas para llevar a cabo acciones publicitarias y comerciales. Este aspecto está especialmente bien valorado por los profesionales del marketing puesto que se estima que el impacto de esta clase de campañas es, de media, cuatro veces mayor al de otros tipos de publicidad, ya sea postal o digital.