El pasado 28 de enero se celebró el Día de la Protección de Datos en Europa. Por ello, Sophos ha querido resaltar la importancia del cifrado a la hora de proteger datos importantes tanto para usuarios como para empresas. La creciente preocupación por la seguridad y la privacidad surgida a raíz de las revelaciones de espionaje gubernamental y los titulares de violaciones de datos, como el famoso caso Celebgate o el de Domino’s Pizza, han convertido el cifrado en una necesidad generalizada. Las contraseñas no son 100% seguras, y sus posibles sistemas sustitutos, como la biometría, las llaves USB o la doble autenticación aún no ofrecen las garantías suficientes para que empresas y usuarios se sientan completamente a salvo. Al igual que la mayoría de los estados en los Estados Unidos, muchos países de la Unión Europea han implementado su propia legislación de protección de datos para reflejar esta nueva realidad de disolución del perímetro de la red. Las normas europeas de protección de datos varían mucho de país a país, tal y como ocurre en EE.UU. entre diferentes estados. Esto, sumado a la proliferación de datos en nuevos tipos de medios y tecnologías, está impulsando la necesidad de modernizar y homogeneizar el Reglamento General de Protección de Datos de la UE.
“La Reforma viene a decir a las empresas que si no implementan la tecnología adecuada para proteger los datos sensibles, entonces probablemente tengan que pagar, directamente a la autoridad de supervisión e indirectamente por daños a la reputación, y la pérdida de la buena voluntad y la confianza de los clientes. Sin embargo, las empresas que cifran sus datos protegen a sus clientes y a ellas mismas”, comentaba Pablo Teijeira, director general de Sophos Iberia.
La adopción de la tecnología de cifrado ha sido impulsada en gran medida por la necesidad de cumplir con los requisitos legales y reglamentarios. Sin embargo, las empresas que han adoptado el cifrado a menudo se muestran preocupadas por la tecnología. El cifrado se percibe tradicionalmente como un consumidor de recursos que sobrecarga a los equipos de TI y obstaculiza la productividad del usuario. Las tecnologías de cifrado más viejas pueden ralentizar el tiempo de arranque y suponer una molestia para los usuarios. Otras no funcionan con el hardware más reciente o incapacitan los equipos, e inevitablemente los, ya saturados equipos de TI, tienen que dedicarles tiempo.