Las aplicaciones se han convertido en un elemento imprescindible para las organizaciones. Los ciberdelincuentes, conscientes de ello, las han convertido en su particular “objeto de deseo”, razón por la cual los departamentos TI tienen que velar por su seguridad. Y más teniendo en cuenta que algunos ataques son difíciles de erradicar. Y que la sofisticación y agilidad de los ciberatacantes es cada día más patente, tal y como lo constata F5 Labs.
Desde F5, compañía que ofrece la libertad de entregar las aplicaciones con confianza y de forma segura, advierten de la vulnerabilidad de unas API que se han convertido en un componente fundamental de las aplicaciones modernas.
¿Cómo hacer frente a los posibles ataques que puedan surgir? WAF es la respuesta. Un firewall de aplicaciones web que proteja los datos de los clientes y mitigue las vulnerabilidades de las aplicaciones. Que actúe contra los bots maliciosos y los ataques automatizados o contra los ataques de inyección, por poner algunos ejemplos.
Según la sexta edición del informe anual “El Estado de los Servicios de Aplicación”, elaborado por F5 con las opiniones de casi 2.600 profesionales que trabajan en organizaciones de todos los tamaños y sectores de todo el mundo, el 30 % de los profesionales DevOps que disponían de WAF implementados reconocían que el factor determinante en el proceso de decisión en la protección de las aplicaciones era el grado de criticidad de la aplicación. Un 23 % de ellos afirmaban que las decisiones se tomaban de acuerdo con el criterio de un equipo de seguridad centralizado y para un 18 % el factor clave era el tipo de usuario de la aplicación.
¿Qué cualidades debe reunir un WAF a la hora de proteger a una compañía? En este whitepaper F5 describe qué debe primar a la hora de incorporar una solución de este calibre en una compañía y los tipos de soluciones a considerar, además de los riesgos de los que nos librará.
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