El sector sanitario no es ajeno a los cambios de modelo de negocio que están experimentando muchos sectores de la economía impulsados por la revolución tecnológica que estamos viviendo, y en algunos aspectos es un sector que está a la vanguardia de estos cambios.
La tecnología está produciendo un cambio radical en cómo se desarrolla la actividad en hospitales y centros sanitarios, y es radical porque afecta a todas las facetas de la organización, desde la atención al usuario/paciente, hasta el trabajo de los facultativos y personal sanitario, pasando por la gestión de operaciones de la organización en todos los ámbitos – administración, servicios generales, gestión de personal, infraestructuras, etc.
En un reciente estudio, Gartner pasa revista a una serie de cambios y tendencias que en su opinión son los elementos que están impulsando esta transformación, en la cual, las nuevas tecnologías están jugando un papel fundamental para que ello sea posible. De todas esas tendencias, mencionaremos algunas que son las que en nuestra opinión tienen más repercusión en nuestro particular sistema sanitario, tanto de gestión pública como privada.
Tendencias
En primer lugar podemos mencionar la necesidad de optimizar los recursos destinados a la sanidad. Las nuevas tecnologías permiten hacer más con menos, facilitar y simplificar la gestión de las infraestructuras y optimizar el uso de recursos. Un ejemplo ya cotidiano en nuestro sistema de salud es el uso de historiales médicos electrónicos, que está ahorrando muchos recursos en pruebas repetidas y son accesibles, con las infraestructuras de comunicaciones adecuadas, desde cualquier lugar. Así, en territorios dispersos del interior de España, un médico rural puede acceder a radiografías y otras pruebas realizadas al paciente en el hospital provincial, que se encuentra a 100 o 200 kilómetros de distancia.
Un segundo elemento dinamizador sería el objetivo de ofrecer una atención al paciente de mejor calidad. La calidad de la atención sigue siendo una iniciativa apremiante con el objetivo general de mejorar continuamente la salud de los pacientes y la sociedad en general. La forma en que se percibe el valor está cambiando, pero todos los actores del sector enfatizan la atención. Una forma de mejorar esa calidad es facilitar al máximo al paciente el acceso a los servicios sanitarios, minimizando tiempos de espera, etc. Las nuevas tecnologías permiten mejorar los sistemas de cita previa o evitar que el paciente tenga que desplazarse a un hospital desde zonas rurales apartadas para pruebas que ya se han realizado o para una consulta que puede realizarse a través de telemedicina.
En tercer lugar, hay que mencionar como “driver” de este cambio las exigencias regulatorias. Las normativas de protección de datos, necesarias en un mundo hiperconectado y lleno de amenazas cibernéticas a la privacidad y confidencialidad del paciente, están íntimamente relacionadas con la gestión de la seguridad de las infraestructuras de TI. Estos nuevos retos están haciendo que la mayoría de los responsables de TI de las organizaciones sanitarias tengan entre sus prioridades la gestión de la seguridad y el cumplimiento de regulaciones en todos los dominios de las TIC, desde la infraestructura de red hasta el data center.
Por último, hay que mencionar un cambio en la percepción que el usuario del sistema de salud tiene del mismo. El nivel de exigencia es cada vez mayor, y los gestores deben hacer frente a estas exigencias con unos recursos limitados o incluso menguantes en muchas ocasiones. Las nuevas tecnologías son un valioso aliado a la hora de optimizar recursos y reducir costes de gestión, recursos que pueden utilizarse en otras iniciativas y necesidades.
La red, elemento clave en la transformación digital
En resumen, para que gran parte de estas tendencias y cambios se produzcan es necesario disponer de una infraestructura tecnológica adecuada. Estos cambios dependen en gran medida de la red corporativa para poder ser implementados. La red se ha convertido en el gran facilitador de la transformación digital… siempre y cuando esté preparada para asumir ese desafío.
Las tendencias tecnológicas que se han ido incorporando en los últimos años al sector sanitario – todas las mencionadas arriba, además de las generales BYOD, IoT, Cloud, Big Data, etc.- exigen un planteamiento de red que difiere radicalmente de las arquitecturas tradicionales, pensadas para entornos de uso de las TIC que tienen poco que ver con los actuales.
La red tradicional, monolítica, estática, pensada para dar servicio a equipos de sobremesa y conectar centros de datos físicos tiene que dar paso a una red flexible y ágil, pensada para dispositivos móviles y autónomos (IoT), centros de datos distribuidos o en la nube y perímetro difuminado. Es decir, una red preparada para la transformación digital tiene que ser flexible, ágil y segura.
Luis Ocaña
Director de cuentas estratégicas de Extreme Networks