Solo han pasado 10 años desde que surgieron las primeras aplicaciones para móviles (o «apps») y, sin embargo, ahora es difícil imaginar una vida sin ellas. Su eficacia y facilidad de uso han sido un éxito tanto para las empresas como para los consumidores, y su popularidad sigue aumentando. En 2015 los usuarios de teléfonos móviles pasaron el 90 % de su tiempo usando las apps en sus dispositivos, mientras solo un 10 % optó por usar un navegador.
Cada vez más consumidores utilizan las aplicaciones para comprar ropa, jugar, enviar mensajes a sus amigos y más – a menudo todos al mismo tiempo – por ello, las empresas consideran estas herramientas cada vez más útiles para interactuar y relacionarse con sus clientes. Una app de marca bien diseñada puede ser una forma realmente eficaz de construir y mantener la lealtad de los clientes, así como aumentar la visibilidad y el reconocimiento de la marca (una vez que el usuario ha descargado la app, verá la marca cada vez que entran en el escritorio de su teléfono).
Sin embargo, es más fácil que nunca que alguien, sin demasiados conocimientos técnicos, pueda crear aplicaciones para móviles. Y cada vez están surgiendo más apps fraudulentas que aparecen en distintos mercados virtuales, que están dirigidos por cibercriminales que buscan engañar a los clientes en la compra productos falsos.
Es fácil encontrar ejemplos de abuso de aplicaciones online. En 2014, la app Flappy Bird se convirtió en un fenómeno de juegos móviles, con más de 50 millones de descargas en total. El desarrollador Dong Nguyen, eventualmente, eliminó la aplicación original de todas las tiendas de aplicaciones, pero todavía había cientos de clones disponibles para descargar, y muchos de ellos eran maliciosos y se saltaron los derechos de autor y marcas registradas. De los 300 clones probados, el 80,% contenían malware.
A medida que proliferan las apps de marca, las marcas necesitan visibilidad en el espacio móvil global para mantener el control sobre su propiedad intelectual. Hay distintas formas en que las compañías pueden mantenerse protegidas.
El abuso de apps se presenta en numerosas formas
La gran mayoría de abuso de aplicaciones online se divide en tres categorías diferentes, las cuales deben ser monitoreadas constantemente. La primera es la infracción de marca registrada, en la que los creadores de aplicaciones falsas se hacen pasar por marcas líderes, o aplicaciones no autorizadas que dicen estar asociadas con las marcas originales, sin ser verdad. La segunda es la infracción de derechos de autor, en la que las aplicaciones «copiotas», utilizan imágenes y logotipos protegidos por derechos de autor. En la tercera, los infractores online se hacen pasar por marcas originales con el fin de conseguir sus fines fraudulentos, como robar credenciales personales para futuras ventas potenciales o robo de identidad.
El abuso de aplicaciones puede dañar la reputación de la marca y afectar rápidamente a los ingresos, confundiendo a los consumidores y desviando los ingresos que estaban destinados a los propietarios de marcas legítimas, por lo que es imprescindible que las empresas se familiaricen con estas estafas para prevenir adecuadamente las infracciones.
El abuso de las aplicaciones solo puede ser parte del problema
El abuso de aplicaciones móviles también es una forma de infracción de marca online y este tipo de infracción puede ocurrir a través de múltiples canales. Por lo tanto, es esencial que siempre que se detecten abusos en las apps móviles, las marcas globales supervisen también los sitios web de los medios sociales, las tiendas online y cualquier otro lugar donde la marca tenga una presencia online regular para comprobar si el abuso está más extendido de lo que se pensaba.
Si se encuentran incidentes similares en otro lugar, debe determinar si es el mismo infractor el que comete el abuso. Depende de las empresas identificar y priorizar los incidentes en orden de gravedad para minimizar el daño que le puede causar a su marca.
Monitorizar constantemente las tiendas de aplicaciones
En el mundo digital de hoy en día, no basta con que las marcas globales simplemente exploren las tiendas de apps domésticas más populares, y necesitan asegurarse de que están vigilando las distintas tiendas de todo el mundo. Esto incluye particularmente los mercados en los que las tiendas de apps siguen emergiendo y por lo tanto son menos seguras.
Los niveles de seguridad y calidad de los procesos de aprobación pueden variar de una tienda de apps a la siguiente y, por lo tanto, la responsabilidad recae en la marca para garantizar que los casos de infracción potencial se tratan lo antes posible.
El uso de teléfonos inteligentes y la popularidad de las apps siguen creciendo tan rápidamente que es difícil para las empresas mantener su propiedad intelectual segura en este espacio. Sin embargo, al conocer las diversas formas de los posibles abusos de aplicaciones móviles y las diferentes formas en que puede afectar a su negocio a largo plazo, se vuelve mucho más fácil para las empresas identificar la infracción de marca y, en consecuencia, tomar el control.
Jerome Sicard
Director Sur de Europa de MarkMonitor