Los expertos en seguridad de G Data han descubierto un spyware altamente sofisticado y complejo. Está diseñado para robar información secreta y altamente sensible de instituciones públicas, servicios de inteligencia o grandes corporaciones. El rootkit, llamado Uroburos, es capaz de propagarse por las redes infectadas de forma autónoma. Incluso los equipos que no están conectados a Internet son atacados por este malware. G Data concluye que para desarrollar un software como este son necesarias notables inversiones en personal e infraestructura y su diseño y nivel de complejidad permiten deducir que pueda haberse elaborado en los laboratorios de algún servicio secreto. De acuerdo a detalles técnicos como el nombre de los archivos, el cifrado y el comportamiento del software, se sospecha que Uroburos podría provenir de los mismos autores del ciberataque dirigido contra Estados Unidos en 2008, en aquella ocasión usando un malware llamado “Agent.BTZ”. El fabricante de soluciones de seguridad alemán estima que este malware ha permanecido funcionando al menos tres años. Los expertos de G Data SecurityLabs ofrecen detalles técnicos adicionales en su blog corporativo.
Uroburos es un rootkit formado por dos archivos, un driver y un archivo de sistema cifrado. El malware puede usarse para tomar el control del PC infectado, ejecutar cualquier código arbitrario y ocultar sus acciones en el sistema. Uroburos es también capaz de robar datos y grabar el tráfico de datos de la red. Su estructura modular permite a los atacantes completar el malware con funciones adicionales. Y es precisamente su modularidad y flexibilidad lo que detalla lo avanzado y peligroso de este malware.
El diseño de Uroburos atestigua que el malware es muy complejo y costoso de desarrollar y los expertos de G Data deducen que han tenido que estar implicados en su creación desarrolladores altamente cualificados. De igual forma, el fabricante alemán asume que no ha sido obra de ciberdelincuentes y piensa que algún servicio secreto se esconde detrás de Uroburos.
Uroburos está diseñado para trabajar en redes de grandes empresas, instituciones públicas y organizaciones dedicadas a la investigación. El patrón muestra que los atacantes han tenido en cuenta la circunstancia de que en las redes conviven ordenadores no conectados. El malware se propaga de forma autónoma y funciona en modo “peer to peer” donde los ordenadores infectados en una red cerrada se comunican directamente entre sí y donde los atacantes sólo necesitan un PC con acceso a Internet. Los ordenadores infectados recolectan los datos y los transfieren al ordenador con conexión, donde se recopilan las informaciones y se transfieren a los atacantes. Uroburos soporta los sistemas de Microsoft Windows de 32 y 64 bits.
De acuerdo a los detalles técnicos, el cifrado y el comportamiento del malware, los expertos de G Data observan una conexión ente Uroburos y un ciberataque llevado a cabo contra Estados Unidos en 2008 mediante un malware conocido como “Agent.BTZ”. Uroburos comprueba los sistemas infectados para ver si dicho malware está ya instalado, en cuyo caso el rootkit permanece inactivo. De igual forma, parece claro que los desarrolladores de estos dos programas son ruso parlantes.
Los análisis muestran que los atacantes no están interesados en internautas ordinarios. Los esfuerzos operacionales solo están justificados cuando se persiguen información sensible y nunca de internautas comunes, como grandes empresas, estados, servicios secretos o similares.
El rootkit Uroburos es el malware más avanzado que los expertos de G Data han analizado en su laboratorio y su driver más antiguo fue compilado en 2011, lo que indica que permanece activo desde entonces.
Hasta ahora, no ha sido posible determinar cómo se infiltra Uroburos en una red y el ataque puede darse con éxito de varias formas, entre ellas, spear phising (phising dirigido a objetivos específicos), infecciones drive-by o ingeniería social.
G Data ha utilizado este nombre después de comprobar su presencia en el código fuente. Uroburos es un símbolo griego que muestra un animal serpentiforme engullendo su propia cola.