Tribuna de opinión de Héctor Izquierdo, director sector público en Capgemini España
En la actualidad, donde la inteligencia artificial (IA) y los datos juegan un papel crucial, el rol del Chief Data Officer (CDO) se ha convertido en una figura crucial dentro de las Administraciones y el sector público en general. La proliferación de datos, facilitada por avances en la conectividad y la computación, está transformando la manera en que los gobiernos y las organizaciones públicas operan, permitiendo mejoras significativas en ámbitos tales como la calidad de vida, la excelencia operativa y la lucha contra el cambio climático.
El acceso y uso inteligente de grandes volúmenes de datos está revolucionando tanto el sector privado como el público. Las administraciones públicas ahora tienen la capacidad de simplificar la burocracia, mejorar los servicios al ciudadano y fomentar la innovación. Este cambio no solo mejora la eficiencia, sino que también impulsa el talento y la competitividad en la economía. El uso de datos permite a las administraciones tomar decisiones más informadas y basadas en evidencias, lo que resulta en políticas públicas más efectivas y servicios más eficientes.
El CDO en el sector público tiene la responsabilidad de liderar la gestión de datos, asegurando que estos se utilicen de manera eficiente y segura para beneficio de la ciudadanía. Esta función estratégica incluye la alineación de los objetivos de datos con las metas generales de la administración, garantizando que las políticas de datos mejoren la vida de los ciudadanos y promuevan el desarrollo sostenible. Los CDO deben desarrollar y ejecutar estrategias de datos que abarcan desde la recolección y almacenamiento, hasta el análisis y su aplicación para resolver problemas públicos.
Con la integración de la IA, el día a día del CDO ha evolucionado para incluir tareas que antes eran inimaginables. Ahora se han convertido en los encargados de implementar y supervisar soluciones de inteligencia artificial, que permiten a las administraciones públicas procesar y analizar grandes volúmenes de datos de manera rápida y precisa, facilitando así labores tales como la identificación de tendencias, la predicción de acontecimientos futuros y la toma de decisiones informadas. Los CDO deben garantizar siempre la calidad e integridad de los datos, algo fundamental para el éxito de cualquier iniciativa de IA y es que los modelos inteligentes dependen de datos precisos y completos para producir resultados confiables.
Además, deben implementar robustas medidas de ciberseguridad para proteger los datos y mantener la confianza de la ciudadanía. La protección de datos es una preocupación principal, ya que cualquier brecha en la seguridad puede tener consecuencias graves tanto para la privacidad de los ciudadanos, como para la integridad de los servicios públicos. La confianza pública es esencial para el éxito de este tipo de iniciativas, y los CDO trabajan continuamente para asegurar que los datos se manejen de manera responsable y segura.
Fomentar la colaboración con otras entidades públicas, empresas tecnológicas y startups para maximizar el valor de los datos compartidos es una parte esencial de su rol. La colaboración en el ecosistema de datos permite a las administraciones públicas aprovechar el conocimiento y las capacidades de diferentes actores para crear soluciones innovadoras y efectivas. Por ejemplo, en España, la Plataforma de Destinos Inteligentes busca fomentar la colaboración entre el sector público y privado para maximizar la gestión de los destinos turísticos a través del uso de datos.
El papel del CDO ha evolucionado de ser un gestor de datos a convertirse en un elemento clave a la hora de establecer la hoja de ruta de la organización. Este rol incluye la definición de mejores prácticas de arquitectura de datos y gobernanza, así como la orquestación de colaboraciones en el ecosistema de datos. Los CDOs deben ser capaces de traducir los datos en insights accionables que pueden guiar las decisiones estratégicas y operativas de las administraciones públicas.
Diversas administraciones en todo el mundo han adoptado con éxito este rol para transformar sus operaciones. Por ejemplo, en España, la Oficina del Dato promueve dinamizar la gestión y uso de datos para acelerar la transformación digital. Esta oficina se centra en fomentar el uso de datos abiertos y la inteligencia artificial para mejorar los servicios públicos y la toma de decisiones a través del diseño y despliegue del paradigma del espacio de datos. En Francia, Etalab facilita la reutilización de información pública a través de su plataforma nacional de datos abiertos, permitiendo a los ciudadanos y empresas acceder y utilizar datos gubernamentales para crear valor. En Estonia, el gobierno fomenta el uso de inteligencia artificial y datos abiertos centrados en el ciudadano, lo que les ha permitido convertirse en un líder en la administración digital. En el Reino Unido, HMRC utiliza datos multilayer para mejorar la comprensión y cumplimiento de obligaciones fiscales, optimizando la recaudación de impuestos y reduciendo el fraude fiscal.
En conclusión, el CDO desempeña un papel indispensable en la era de la IA y los datos, especialmente en el sector público y su continua evolución seguirá siendo clave para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta el futuro digital. El éxito de las administraciones públicas en el manejo de las nuevas tecnologías dependerá en gran medida de la visión, liderazgo y habilidades de los CDO.