En un marco económico desafiante, las empresas se enfrentan a un paisaje marcado por la presión de la estructura de los costos y la capacidad de adaptación. La ciberseguridad y la transformación de las operaciones emergen como áreas críticas que no admiten recortes en la inversión, pues ya no se trata sólo de invertir en tecnología, sino además en capacitación y procesos para proteger los activos y la confianza de los clientes.
Es por eso que los responsables de tecnología, cuyo perfil ahora es parte esencial en el negocio, identifican unas prioridades estratégicas que deben alcanzar durante el presente año, más aún sabiendo que el perímetro de la acción del departamento de IT ha cambiado hacia una gestión más integral. Una de estas prioridades hace referencia a la mejora de los márgenes y la búsqueda de nuevas cuotas de mercado. Los esfuerzos en reducir costes y aumentar la eficiencia de las operaciones, destacan en estos retos, al igual que la exploración de nuevos segmentos de mercado que generen nuevas fuentes de ingresos.
Aunque la ciberseguridad es clave, como lo es la continuidad del negocio, su posición en la jerarquía de prioridades ha cambiado para pasar a ser un proceso establecido y no una iniciativa emergente. Esto significa una madurez en las estrategias de seguridad y las estrategias de gestión de riesgos. Las empresas están redefiniendo su enfoque hacia el valor práctico y un ejemplo de ello es la aplicabilidad de los datos que, si bien es clave para las organizaciones, ya no se encuentra entre las cinco prioridades fundamentales.
Una gestión más integral desde el crecimiento tecnológico
En el presente ejercicio, las perspectivas presupuestarias reflejan un crecimiento del 6,4 % con respecto al periodo anterior manteniendo una perspectiva prometedora, incluso el presupuesto de gasto refleja un dinamismo mayor, con un aumento del 12,7 % para este año. Por asignaciones, se prevé las mayores inversiones en ciberseguridad, analítica y big data, así como en los sistemas ERP orientados a producción y logística. Ello supone el fortalecimiento de los procesos en la cadena de valor y la seguridad.
El crecimiento del presupuesto pasa a distribuirse en áreas críticas como seguridad y licenciamiento, en especial hacia modelos de licencia de software como servicio (SaaS). También en servicios en la nube y en la contratación de personal especializado interno, con un importante aumento del 48 % de la inversión, lo cual subraya su emergente importancia y el potencial que las empresas ven en esta tecnología.
En el último “Informe de Tendencias Tecnologías para el CEO” de Penteo, se observa claramente como los CIO están adoptando una postura cautelosa en torno a la IA y su ola de entusiasmo. Mientras que la dirección impulsa hacia una implementación rápida de la IA, los CIO prefieren avanzar con una planificación cuidadosa asegurando que la adopción sea viable tecnológicamente, sostenible y alineada con la estrategia a largo plazo de la empresa. De hecho, solo el 23 % tienen auténtico interés por la implementación.
La evolución de la función IT
Al evolucionar la función TI hacia una actividad más estratégica y de valor, los CIO deben capturar las oportunidades que ofrece la tecnología para abordar un planteamiento que les permita entender su potencial, innovar cambiando las reglas del juego y adoptar un enfoque basado en procesos. La digitalización forma parte de la planificación estratégica asegurando que está en consonancia con la línea corporativa. Invertir en el desarrollo de nuevas capacidades digitales requiere hacerse de manera inteligente, priorizando aquellas que generen un mayor impacto en la ejecución de la estrategia.
Sin embargo, el éxito del CIO no sólo radica en su habilidad para liderar proyectos de transformación digital o meramente implementar soluciones innovadoras, la verdadera fortaleza radica en su equipo. La capacidad de crear y desarrollar un equipo de talento tecnológico es prioridad. Durante el pasado año se ha comprobado cómo la rotación del personal TI llegó a alcanzar un 9,4 %, duplicando la tasa anterior. Ese factor no sólo impacta en el rendimiento de los proyectos internos, sino que, además, supone una mayor competencia en el mercado laboral.
Por consiguiente, se hace imperativo adoptar estrategias eficaces de fidelización y desarrollo del talento. Esto podría incluir la creación de un entorno de trabajo que promueva la formación y la implementación de una estructura de reconocimientos que alinee objetivos personales con los de la empresa.
Jose Luis Perez
director de Análisis de Penteo