Intel se prepara para despedir a aproximadamente 22.000 empleados, lo que representa cerca del 20 % de su plantilla global, según ha informado Bloomberg. Se trata de la segunda gran ronda de despidos en menos de un año, en un contexto de profundos cambios internos.
Fuentes cercanas a la empresa indican que esta decisión forma parte de un plan más amplio para reducir la burocracia corporativa y optimizar las operaciones, con el objetivo de volver a centrar a Intel en su ADN original: la innovación y la excelencia en ingeniería. La reestructuración sería el primer gran movimiento estratégico de Lip-Bu Tan como director ejecutivo, cargo que asumió en marzo.
En los últimos meses, Intel ha experimentado importantes transformaciones estratégicas. Entre ellas destaca la venta del 51 % de su unidad de negocio Altera al fondo Silver Lake por aproximadamente 4.462 millones de dólares, en una operación que valora la empresa en 8.750 millones. Este acuerdo otorga independencia operativa a Altera y la posiciona como la mayor proveedora independiente de soluciones FPGA, mientras que Intel mantiene el 49 % restante, permitiéndole beneficiarse del rendimiento futuro. Esta transacción es clave dentro de la estrategia de racionalización de costes y enfoque en las áreas de mayor valor para el negocio.
A nivel financiero, la compañía ha mostrado signos de debilidad. En el cuarto trimestre de 2024, registró ingresos por 14.300 millones de dólares, un 7 % menos que en el mismo período del año anterior, y una caída del 2 % en su facturación anual. Asimismo, sus esfuerzos por capitalizar el auge de la inteligencia artificial se han visto frustrados por retrasos en productos clave como las GPUs Falcon Shores y una creciente competencia, especialmente de NVIDIA. La salida de Pat Gelsinger como CEO y la caída del 55 % en el valor de sus acciones han agravado la incertidumbre. En este contexto, Lip-Bu Tan asume el liderazgo con el reto de redefinir el rumbo de Intel en medio de una de las mayores transformaciones del sector tecnológico.