Tal y como explica Freddie Diaz, adjunct senior research analyst en IDC en el blog de la consultora, las recientes tarifas impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a productos tecnológicos de diversos países han generado preocupación en la industria tecnológica. Estas tarifas, dirigidas principalmente a Asia, México y Canadá, podrían tener un impacto significativo en los precios de hardware, servicios en la nube y, en menor medida, software. Dado que la industria tecnológica está globalizada, las empresas de este sector dependen en gran medida de estos países para la fabricación y el suministro de componentes clave, lo que implica que las tarifas podrían aumentar los costos, afectando tanto a los proveedores como a sus clientes.
Empresas como Microsoft, Google, Amazon e IBM, que operan centros de datos en Asia y América, ya se enfrentan a incrementos en los costes de servidores, almacenamiento y semiconductores debido a las tarifas. Según Diaz, estos aumentos podrían trasladarse a los consumidores, con incrementos de precios que podrían oscilar entre un 9 % y un 45 % en distintos componentes tecnológicos. Aunque algunos servicios en la nube, como los de AWS, han mantenido los precios estables, la incertidumbre sobre futuros ajustes persiste, lo que podría afectar a las tarifas de los servicios en función de la duración de las tarifas y su impacto a largo plazo.
Ante esta situación, algunas empresas tecnológicas han comenzado a aplicar incrementos en los precios de sus productos. Proveedores como HPE y Dell ya han aumentado sus tarifas, mientras que Cisco y Apple aún no han tomado esa medida. Una de las estrategias que están adoptando algunas compañías es adelantar las compras de hardware para evitar los futuros aumentos, mientras que otras están considerando la compra de hardware de segunda mano como una forma de mitigar los costes. Diaz también sugiere que algunas empresas podrían optar por reducir el volumen de pedidos o centrarse solo en aquellos más críticos para evitar riesgos financieros derivados de los incrementos en los precios.
La incertidumbre sobre el futuro de las tarifas plantea un reto adicional para las empresas, que deben adaptarse rápidamente a los cambios en la política comercial de EE. UU. Como explica Freddie Diaz, las organizaciones deben ser vigilantes y mantener un seguimiento cercano de los desarrollos, utilizando datos actualizados para tomar decisiones informadas. Con la posibilidad de que las tarifas se mantengan a largo plazo, las empresas deben tener en cuenta estos factores en sus planes estratégicos y tomar decisiones que minimicen los riesgos asociados con los aumentos de precios y las posibles alteraciones en sus cadenas de suministro.