Este fin de semana saltaba la sorpresa. El consejo de administración de Telefónica decidía relevar a José María Álvarez Pallete como máximo responsable de la operadora española. Marc Murtra asumirá el cargo de CEO dejando Indra.
En un post de LinkedIn, Álvarez-Pallete ha querido agradecer “el privilegio que ha supuesto el ser parte de esta gran familia durante los últimos 25 años”, asegurando que “si algo caracteriza a esta casa son sus valores y su vocación de servicio. Están en el ADN de esta gran compañía desde que nació un 19 de abril de 1924”.
Para Álvarez-Pallete Telefónica ha sido “mucho más que un lugar de trabajo”, un lugar donde ha conocido “a los profesionales más brillantes y mejor preparados. Aquí he crecido junto a todos vosotros.
Juntos hemos sido capaces de transformar los desafíos en oportunidades, de convertir lo imposible en posible, de hacer de lo malo algo bueno, y de lo bueno, algo, si cabe, aún mejor”.
Tras agradecer al consejo de administración y al comité ejecutivo “su confianza durante todos estos años” ha destacado que “ha sido un gran honor” presidir Telefónica durante los últimos nueve años.
Asimismo, ha pedido “que el mismo compromiso, lealtad y pasión que habéis demostrado conmigo los pongáis a disposición del nuevo presidente de Telefónica Marc Murtra” confiando que el capítulo que ahora se abre “estará repleto de oportunidades que permitirán a Telefónica alcanzar nuevas alturas y conseguir nuevos éxitos”.
El futuro de Telefónica “será tan brillante como lo ha sido su pasado y presente”.
En los últimos años, José María Álvarez-Pallete ha impulsado una profunda transformación digital en la compañía, posicionándola como una de las principales empresas tecnológicas a nivel mundial, invertido en nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el big data y el IoT, y desarrollando nuevos productos y servicios digitales.
Además, durante su gestión, Telefónica ha mejorado significativamente su situación financiera. Ha reducido la deuda, aumentado la eficiencia operativa y mejorado la rentabilidad y ha reforzado la presencia de Telefónica en mercados emergentes, especialmente en Latinoamérica, donde la compañía ha logrado un crecimiento sólido.