Cloud, Big Data, social media o movilidad, serán las tecnologías que harán que, durante el próximo año, las inversiones en proyectos de transformación digital crezcan en torno a un 25 %. Estudios de consultoras como Markets and Markets, calculan que el mercado mundial de la transformación digital generará un negocio de casi 370.000 millones de dólares en 2020.
“La transformación digital no es una tendencia, sino una realidad que obliga a las empresas a innovar y a cambiar su forma de hacer las cosas para poder seguir siendo competitivas frente a la oferta de servicios más frescos de las denominadas empresas digitalmente nativas que traen nuevos modelos de gestión. La ventaja reside en que, si sabes planificar y gestionar bien la transformación digital, el proceso puedes hacerlo a dos velocidades, de forma que no es necesario romper con tu estructura tradicional desde el principio, pero cuentas con la agilidad de poder acelerar la transformación de determinados aspectos de la compañía para responder a los nuevos escenarios del mercado y empezar a ser competitivo”, advierte Óscar Méndez, presidente de Paradigma Digital.
En este contexto, Paradigma ha recopilado las seis claves para afrontar los procesos de transformación digital en 2016:
- Liderar el cambio. Los cambios generan incertidumbres y dudas, fricciones internas entre departamentos y apatía ante la posibilidad de cambiar procesos cómodos y consolidados. De hecho, un 33 % de los directivos considera que la transformación digital es una cuestión de supervivencia, según un estudio de Cap Gemini. La transformación digital no sólo requiere de la persona encargada de liderar el cambio, sino que, también, necesita una mayor involucración de los máximos responsables de la compañía para apoyar el proceso, impulsarlo y, sobre todo, ayudar en los momentos más críticos y conflictivos a la hora de tomar decisiones.
- Comunicar el cambio. Un proceso de transformación digital implica obligatoriamente un cambio en la organización y la cultura de la empresa. Habrá personas que podrán reciclarse, otras que no y en otras ocasiones, se incorporarán nuevos perfiles especializados para realizar tareas que antes no se hacían. Por este motivo, es muy recomendable realizar una comunicación fluida y constante – con todas las personas involucradas en el proceso – sobre los objetivos de la transformación, los avances y resultados que se van consiguiendo, los fallos, el análisis de las posibles mejoras y la realización de un dossier de buenas prácticas.
- “Enamorar” al cliente. Sin duda alguna, el denominador común de todas las empresas digitales que están innovando en los negocios y servicios –además del uso disruptivo de la tecnología– es su orientación, o más bien su obsesión, con el cliente. Donde tradicionalmente se vendía producto, ahora se venden servicios y donde tradicionalmente se vendía servicio, ahora se venden experiencias. Hacer que el cliente se “enamore” de lo que está comprando y compruebe lo fácil e intuitivo que es lo que usa, es crítico para que repita y lo recomiende.
- Gestionar los proyectos. La transformación digital introduce una nueva forma de gestionar los proyectos, sin estar atados a costosos procesos burocráticos y que permite y fomenta la capacidad de decisión de cada integrante, sacando el máximo partido de cada uno. Ya no vale tener todo definido de antemano, sino que hay que ser capaces de probar y adaptarse de forma ágil y de testear cuanto antes las ideas e ir mejorándolas con el feedback del cliente apalancándose en metodologías y técnicas como Scrum, Sprints, Kanban, MVP, A/B testing…
- Hacer seguimiento de KPIs. Un correcto seguimiento del avance de la transformación digital requiere definir indicadores cuantitativos y establecer los objetivos a alcanzar, por ejemplo, bajo el criterio SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant, Time-bound). No se trata de definir muchos KPIs, sino de hacer un buen seguimiento de los fijados, ya que éstos serán los que nos indicarán si los cambios que se están implantando están dando los resultados esperados o, si por el contrario, es necesario realizar ajustes.
- Buscar partnerships y consejos externos. Puede resultar de mucha ayuda, para reducir el tiempo necesario para la ejecución de la transformación digital, asociarse con empresas expertas en estos procesos e, inclusive, integrarlas dentro de la estructura de la compañía. Con esto estaremos ahorrando tiempo de aprendizaje y sumando al equipo profesionales con la experiencia específica necesaria, que llevaría mucho tiempo conseguirlos de otra forma.
En definitiva, la transformación digital no consiste sólo en contratar a un responsable de este cambio, sino que implica compromiso, alineación y cambios en toda la organización.