Javier Sala, director de Penteo, (compañía analista TIC independiente), hace un amplio repaso en esta entrevista al papel que están jugando tanto las empresas españolas en la transformación digital, como los directivos que están al frente de las mismas, haciendo foco especialmente en el CIO.
Se habla mucho de la transformación digital, pero ¿cuál es la realidad en la empresa española?
Se ha avanzado mucho en el último año, pero todavía queda mucho por hacer. Tras analizar en Penteo diez factores que consideramos clave para la transformación digital, hemos comprobado que el mismo está entre un 20 y un 40 %, por lo que nos situamos en la media europea.
En un reciente informe han afirmado que el uso de las tecnologías aumentaba, las expectativas crecían, pero la satisfacción empeoraba. Además, añaden que las TI no contribuyen a la creación de valor. ¿Qué lectura podemos hacer de esto?
Las compañías se han dado cuenta de que las tecnologías de la información son cada vez más importantes y tienen un papel más clave, por lo que cada vez esperan más de ellas. Y, aunque las tecnologías siguen haciendo lo de siempre, aunque con muchos menos fallos, esperan algo más. Hay un gap entre la expectación y la realidad.
Por otro lado, los departamentos de TI siguen siendo muy reactivos, muy de prestar servicio y no de anticiparse y proponer innovación. Por esta razón, desde Penteo proponemos dar la vuelta a esta situación porque si no, se van a quedar como un departamento de servicios a un nivel más bajo que antes.
A nivel directivo ¿cuál es la figura que más lidera la transformación digital?
Hay un mix. Por un lado, algunos departamentos de sistemas de información. Por otro, la dirección general está tomando el liderazgo en muchos casos, sobre todo en las medianas empresas. Se marca la diferencia entre empresas que tienen la dirección general con una visión más de innovación, que las familiares con un cambio generacional, o empresas más clásicas.
¿Cuáles son los puntos fuertes en las medianas empresas?
El presupuesto sigue siendo la clave en muchos casos y ‘el día a día. La orientación a beneficio inmediato. Son empresas de un tamaño que luchan por sobrevivir, por lo que plantearse ciertos cambios les cuesta mucho más. Su tamaño les hace ir algo más lentos en su reacción y no disponen de presupuesto para hacer ciertas cosas. La suma de ambas cosas les lleva a ser rezagados.
En otro de sus informes comentan que uno de los problemas para conseguir una mayor innovación estriba en la dificultad para retener el talento. ¿Cómo se aúna el talento de los dos?
Es muy complejo porque hay un gap importante entre generaciones. Las más senior han dado un salto y se pueden entender. Lo difícil es el tema cultural de las empresas para la retención del talento.
En un informe que Penteo presentó en 2014 sobre las prioridades TIC, reflejaban que las empresas tenían que cambiar de una actitud de recorte a una exploradora de oportunidades. ¿Se ha llevado esto a cabo?
Sí, están cambiando, pero se ha contraído bastante la alegría. No se ha vuelto al momento de antes en el que los trabajadores podían contar con importantes aumentos de sueldo, algo que sigue pasando en grandes consultoras, pero no en la mayoría de las empresas. Esa es una de las razones por las que hay tanto movimiento en las compañías, porque las grandes tienen una visión un poco más agresiva y el resto algo más, pero la alegría cuesta.
La figura del CIO y su papel dentro de la empresa es otro de los debates. Mucho se ha hablado de la pérdida de influencia del mismo durante los años de la crisis para, ahora, centrar el debate en el cambio de rol que tiene que llevar a cabo.
O cambian su rol o se van fuera. Tiene que ser un rol más proactivo, de proponer negocio, de entender el negocio y ver cómo la tecnología puede hacer que el negocio cambie. Aquí figuraría un poco la insatisfacción de la que hablábamos antes.
Se espera que el departamento sea más de innovación, que entienda lo que hay y que eso lo haga. Aun así ellos no quieren hacer ruido y seguir como siempre.
¿Cuál es la situación de esta figura en un panorama en el que están surgiendo nuevas figuras directivas?
Hay de todo. En algunos casos son ellos los que están asumiendo esta nueva figura. Y en otros lo están viendo bien porque les sirve como interfaz. Ellos no se entendían con el negocio y el negocio no les entendía a ellos, por lo que estas figuras, en muchos casos, están haciendo un poco de traductor o canalizador de ideas hacia el otro. Están consiguiendo hacer ese machine, aunque esto al final acaba encareciendo todo el proceso. Es una figura intermedia que hace lo que no han sido capaces de hacer las dos partes anteriormente. Algunos CIO se sienten amenazados, pero para muchos está siendo cómodo porque siguen estando ahí.
También se habla sobre la necesidad de que el mismo genere nuevos ingresos. ¿Cómo podría hacerlo?
Innovando. Pensando ideas nuevas y nuevas formas de hacer negocio. Ver cómo se puede intentar aportar algo más allá del negocio. Puede aportar mucho más un departamento de sistemas hacia el ahorro de costes que no hacia el aumento de ingresos pero, en función de los sectores, hay canales que pueden simplificar el proceso.
Es obvio que con la transformación digital se necesitan nuevas figuras directivas que cubran las necesidades surgidas, pero ¿hasta qué punto hoy en día, en una mediana empresa, algunas de estas figuras se solapan y las diferencias entre los roles de una u otra figura apenas están delimitadas por una fina línea?
No están bien delimitados. Al final eso se acabará rompiendo por algún lado. O los CIO toman ese rol o se les pone por medio un CDO y su rango acabará bajando, desapareciendo el departamento de sistemas, convirtiéndose en un manager y dependiendo del departamento financiero, como hace 25 años. O de recursos generales, prestando un servicio solo de sistemas. Un gran número de C-levels podrían convivir, pero esto no lo pueden soportar la mayoría de las empresas porque, además, estos nuevos roles suelen estar mejor pagados que la media. Tarde o temprano tienen que acabar reduciéndose.
También se habla de falta de colaboración entre todas las figuras directivas, lo que hace que se produzcan lagunas en áreas como la seguridad. ¿Cómo considera que se está afrontando el apartado de la ciberseguridad en el panorama empresarial español?
Cada día el riesgo aumenta más porque las empresas cada vez están más abiertas al mundo. Hay más puntos posibles de fallo: muchos más dispositivos, más canales de venta. No se puede hacer un recordatorio y decir que todo se queda en el departamento de sistemas. El riesgo es muy alto y difícil de gestionar. Aparte de las medidas preventivas que hay que tomar, hay que tener muy claro qué hay que hacer inmediatamente después de un ataque. No podemos predecir ciertas cosas, pero sí pensar cómo actuar a continuación. Y con eso minimizar ataques como los que ha habido últimamente.
Las empresas no están preparadas y no sé si lo estarán.
AMETIC sufrió recientemente una fuga de compañías, tras una fuerte crisis organizacional, con la consiguiente creación de otra asociación paralela: DigitalES. Desde su punto de vista, ¿cuáles son las consecuencias que esto puede tener para el sector tecnológico español?
El sector de las telecomunicaciones y las tecnologías se retroalimentan. Yo creo que deberían estar juntas en una única asociación porque esta división perjudica. Hace perder fuerza.
Ha habido un enfrentamiento que llegó a nivel de personas, pero con el tiempo deberían volver a concentrarse.
Desde AMETIC aseguran que algunas volverán.
Estoy seguro de ello. Creo que las grandes operadoras no lo harán pero el resto espero que sí, porque estaban a la expectativa. Falta mucho por hacer en el sector y para influir. Cuanto más agrupados, mejor.
Dentro del eterno debate sobre la nube y sobre si el futuro pasa por una u otra o va a ser multinube, ¿qué puntos novedosos puede aportar Penteo en este sentido?
Sigue habiendo un porcentaje bastante elevado de nube privada. Hay varias razones para ello: por cultura, ya que todavía existe el miedo a que el core de tu negocio o tus datos estén en algo que no controlas. Esto tiene que ir cambiando, pero de momento existe. Otra de las razones es la Ley de Protección de Datos. Tenemos la necesidad de saber dónde están los datos en cada momento. Esto condiciona bastante y hay muchas empresas que no pueden ofrecerlo, lo cual nos lleva a que el modelo que se acabará implantando mayoritariamente será el híbrido. Que se juegue con privado e híbrido. Cada vez hay más empresas que gestionan una capa por encima, que para ti sea absolutamente transparente. Pasas de una nube a otra, o a distinto proveedor, cambiando unos parámetros.
¿Cuáles son las nuevas necesidades que van a surgir?
La nube permite que todo el mundo disponga de una tecnología más avanzada. La posibilidad de probar y fallar sin tener que realizar grandes inversiones. Dudo que sea más barato, pero sí es mucho menos arriesgado y permite mayor flexibilidad cuando se quiere innovar o cambiar cosas. Facilita a las empresas adaptarse a la realidad. Para poder innovar cada vez hay más opciones de infraestructuras de software como de servicios y servicios empaquetados de big data y analytics.
Inteligencia artificial y machine learning son todavía muy desconocidos para las medianas empresas. ¿Cuáles son las iniciativas fundamentales que este tipo de compañías debería llevar a cabo en estos dos ámbitos para no quedarse atrás?
La única manera de que las medianas empresas puedan disponer de según qué tipo de tecnologías es asociándose, agrupándose entre ellos. Compartiendo y colaborando, ya sea entre competidores, en algunos casos para aprovecharse de la misma innovación: empresas que tengan necesidades parecidas, o con empresas más pequeñas expertas tecnológicas, que les permitan trabajar. Compartiendo y colaborando.
Se habla mucho del big data y la analítica, pero ¿cuándo va a comenzar a dar frutos reales? ¿Cuándo va a dejar de ser prioridad para transformarse en fundamental?
En el momento en el que se consuman servicios concretos y se sepa lo que se busca. Lo que está haciendo ahora mucha gente es hacer un análisis para que les sugieran tendencias. Eso tiene un coste tremendo. Hay que saber lo que buscas o lo que intuyes y aplicar el big data para encontrar la respuesta.
Ahora que la tecnología es más barata se siguen sin abordar proyectos de big data de verdad a excepción de sectores como la banca o las utilities que por necesidades del negocio y por volumen de datos y disponibilidad de recursos sí lo han hecho.
Inma Elizalde