Aunque muchas organizaciones creen estar avanzadas en la adopción de inteligencia artificial, la realidad es que la mayoría se encuentra aún en una fase temprana de madurez. Así lo advierte IDC en su último análisis, The Mirage of AI Maturity, que alerta sobre el desfase entre la percepción de progreso y la preparación real para escalar la IA con impacto.
Según la consultora, la presencia de herramientas de IA y algunos casos de éxito pueden generar una ilusión de transformación completa. Sin embargo, la mayoría de las empresas, especialmente en el mercado medio, están en plena transición, definiendo aún sus estrategias, estructuras de gobernanza y procesos transversales. “No es que estén haciendo lo incorrecto, sino que lo están haciendo de forma aislada”, señala IDC en su blog.
Esta fase inicial genera señales alentadoras (como pilotos prometedores o aumentos de productividad) que pueden resultar engañosas si no están respaldadas por una base sólida. Muchas compañías muestran un mosaico de soluciones que parecen avanzadas, pero que carecen de integración y continuidad operativa.
Uno de los mayores riesgos es la creciente brecha entre confianza y preparación. Por ejemplo, aunque el 37 % de los directores de marketing (CMO) en empresas medianas cree que las tecnologías de IA pueden ser clave en los próximos 12 a 18 meses, solo el 31 % está priorizando la modernización de su infraestructura tecnológica. Sin sistemas actualizados ni datos integrados, incluso las mejores herramientas de IA pierden eficacia.
A esta situación se suman tres grandes puntos ciegos que dificultan la transformación: infraestructuras tecnológicas obsoletas, falta de talento capacitado y ausencia de una gobernanza clara de la IA. La combinación de estos factores impide pasar de la experimentación a la escala y limita el retorno de la inversión.
Para IDC, romper esta ilusión requiere un cambio de mentalidad. No basta con introducir herramientas; es necesario alinear estrategia, sistemas y personas. De hecho, el 42 % de las organizaciones planea aumentar su inversión en TI en 2025 para impulsar la adopción de IA, pero sin un enfoque coordinado, ese gasto corre el riesgo de diluirse.
“La madurez en IA no se alcanza con confianza, sino con claridad operativa. No con actividad, sino con orquestación”, concluye IDC. La verdadera transformación llegará solo cuando las empresas adopten un enfoque integral que convierta la ambición en resultados tangibles.











