Una de las primeras medidas que ha adoptado Donald Trump tiene a la inteligencia artificial como eje. Y es que, el recién nombrado presidente de Estados Unidos ha decidido revocar la orden ejecutiva emitida en octubre de 2023 por la Administración Biden con la que se pretendía limitar los riesgos que conlleva la IA.
Reuters recuerda que la derogación fue una promesa realizada por la plataforma del Partido Republicano de 2024 al considerar que la orden obstaculiza la innovación en IA y añadió que “los republicanos apoyan el desarrollo de la IA enraizado en la libertad de expresión y el florecimiento humano”.
A grandes rasgos, esta orden exigía que aquellos productos más punteros fueran sometidos a pruebas de seguridad antes de su lanzamiento y los resultados de los test tenían que ser notificados al Gobierno de Estados Unidos para que evaluase los riesgos y aprobase, o denegase, su llegada al mercado. Además, también instaba a las agencias que establecieran normas para esas pruebas y abordaran los riesgos químicos, biológicos, radiológicos, nucleares y de ciberseguridad relacionados.
Asimismo, se recomendaba (no era obligatorio) a aquellas empresas que utilicen la inteligencia artificial generativa que marcasen las fotos, vídeos y audios para que los ciudadanos no creyesen que es contenido real y las empresas que operan servicios de computación en la nube tenían que avisar de sus “clientes extranjeros”.
Esta orden ejecutiva, basada en el compromiso voluntario de las empresas, era un primer paso de las acciones que está adoptando Estados Unidos para regular el uso de la inteligencia artificial. Hasta el momento de su emisión, existían proyectos de ley que, por ejemplo, solicitan la prohibición al Gobierno de utilizar un sistema automatizado para lanzar armas nucleares o exigían que las imágenes generadas por IA de anuncios políticos estén claramente etiquetadas. Al menos 25 Estados de EE. UU. estudiaron algún tipo de legislación relacionada con la IA en 2023, y 15 aprobaron leyes o resoluciones.
Esta decisión se une a la anunciada la semana pasada por Estados Unidos por la que se van a desarrollar nuevas nomras de exportación para los chips para IA. La nueva regulación impone restricciones más severas a la exportación, reexportación y transferencia de chips dentro de Estados Unidos, exigiendo autorizaciones especiales. Estas medidas buscan fortalecer la seguridad nacional y el control sobre tecnologías estratégicas como la inteligencia artificial. Paralelamente, los centros de datos que utilizan IA deberán cumplir con protocolos de seguridad aún más rigurosos para poder importar semiconductores. Mientras tanto, los centros de datos de IA deberán cumplir con parámetros de seguridad reforzados para poder importar semiconductores.