El proveedor global de servicios tecnológicos y de ingeniería, Ayesa, refuerza su apuesta tecnológica con una de las tendencias que se espera que explosione en breve: la computación cuántica. Situada como una de las cuatro tecnologías estratégicas para la compañía, junto a la ciberseguridad, data e IA y las que forman parte del Digital Impact (arquitecturas cloud avanzadas, tecnologías low-no code, super apps y desarrollo de software asistido), “la cuántica tiene la ventaja de que la calidad de los resultados siempre es la mejor”, confirma Aitor Moreno, responsable de IA y computación cuántica de la multinacional, algo que ya percibieron en 2018. “Vimos que impactaba en gran medida en la manera de hacer la IA mucho más efectiva”, por lo que se adentraron de lleno en la misma. En la actualidad integran las soluciones cuánticas en clientes en entornos reales, en entornos de innovación, llevando a cabo pruebas de concepto y en la parte de investigación. Una investigación muy cercana al producto, señala. Además, hacen lobby en administraciones públicas, son miembros de Basque Quantum, en el País Vasco, y responsables del grupo de ética cuántica de AMETIC. También fomentan el talento en la parte universitaria, por poner algunos ejemplos.
Agnósticos en tecnología, Aitor Moreno asegura que trabajan tanto en ordenadores cuánticos como en todas las plataformas “porque todas cuentan ya con Quantum workspaces para trabajar con tecnología cuántica”. Ayesa ha dado un paso más allá al desarrollar un motor que puede correr en cualquiera de las tres tecnologías cuánticas: computación y simulación cuánticas, la parte de comunicaciones cuánticas con seguridad y la sensórica cuántica.
Entre los proyectos que están llevando a cabo podemos destacar el que han llevado a cabo con i-DE, distribuidora del grupo Iberdrola. Proyecto en el que se buscaba optimizar la red eléctrica de España, gestionada por la compañía distribuidora. “Que cada parte de cada proceso se adapte automáticamente en función de la casuística que se produzca en cada momento, para encontrar el escenario óptimo y sostenible en el tiempo en el que se apoye a los expertos en el análisis de la mejor configuración ante posibles incidencias, cambios de topologías, nuevos demandantes o generadores, y sugerir escenarios que minimicen riesgos”, explica Aitor Moreno.
También han trabajado, entre otros, con el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) en la parte de migración de los protocolos poscuánticos en entornos industriales, con el fin de acelerar la integración de todos los algoritmos cuánticos en los protocolos industriales que tiene INCIBE.
Y es que, tal y como advierte, “quien aplique la computación cuántica va a tener una ventaja competitiva en los próximos cinco años”.
Más allá de la computación cuántica
Ayesa, que en 2025 espera incrementar su presupuesto en innovación entre el 4 y el 5 % de sus ingresos totales, cuenta en su plan estratégico de innovación con el respaldo del Observatorio Tecnológico, cuya misión es identificar y priorizar las tendencias emergentes, trabajando en colaboración con ecosistemas de I+D+i nacionales e internacionales, así como con las principales firmas de research a nivel mundial.
La compañía, que hace seis años se reforzó con la adquisición de Ibermática y cuenta con un modelo de negocio consolidado, quiere inyectar valor añadido en todos los mercados en los que opera, entre los que destacan los de energía y utilities, el sector público y sanidad, sectores en los que el año que viene esparen crecimientos de doble dígito, avanza Juan de Dios Hermosin, director de innovación de la compañía.
En el ámbito de la ciberseguridad Álvaro Fraile, responsable de esta unidad de negocio, advierte que entre los riesgos que acechan a la IA figuran los falsos positivos, el sesgo de los datos, la capacidad adaptativa y los ataques que manipulan la IA con datos falsos. ¿Cómo va a ayudar la computación cuántica? “Transformando la ciberseguridad porque la criptografía actual está en riesgo”, eso sí, especifica que acceder a la cuántica es un desafío porque es costosa y difícil de implementar, lo que limita su adopción tanto en gobiernos como en empresas. “La IA y la cuántica serán el nuevo paradigma de la ciberseguridad”, apunta.
En cuanto a la inteligencia artificial, Miguel Merino, responsable de datos, recomienda a las organizaciones no generar demasiadas expectativas en torno a la misma y asignar un presupuesto para este tipo de iniciativas, empezando por casos de uso de alcance limitado, con un acercamiento agnóstico a la tecnología. Con todo ello el éxito dependerá de la calidad de los datos, finaliza.