José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, ha reconocido, en un post de LinkedIn, que, en los últimos años, “las telecomunicaciones europeas han ido perdiendo terreno” asegurando que “las brechas de innovación impactan en la competitividad”. En Europa, “tenemos talento, pero carecemos de las condiciones financieras y regulatorias adecuadas”.
A pesar de esta situación, el presidente ejecutivo de Telefónica asegura que la Unión Europea ha realizado “por primera vez, un diagnóstico correcto de los problemas que socavan su competitividad económica, incluso en el sector de las telecomunicaciones”, asegurando que “no hacer nada no es una opción” y recordando que mientras que los estándares 2G y 3G eran de origen europeo, ni 4G, ni 5G ni el futuro 6G lo serán. “Nos hemos quedado atrás, y si te quedas rezagado en innovación, no hay forma de ser competitivo”.
Álvarez-Pallete también ha recordado que la escasa inversión en innovación y un entorno regulatorio menos favorable han llevado a Europa a ocupar un lugar marginal en la concesión de patentes. Mientras que China y Estados Unidos acaparan el 82 % de las patentes mundiales, Europa se queda con solo un 2 %, destacando que muchas de las empresas estadounidenses más innovadoras reciben financiación europea, lo que evidencia un potencial desaprovechado en el continente.
En este sentido, recuerda que el mercado europeo está muy fragmentado y mal regulado y solicita “que se nos permita competir” y que se aplique la norma de mismos servicios, mismas normas, mismas obligaciones. “No estamos pidiendo privilegios; Lo único que queremos es que se nos desregule”.
La realidad actual de la política de competencia europea, centrada en limitar el tamaño de las redes, contrasta con la necesidad de invertir en infraestructuras de alta calidad y fomentar la innovación. La proliferación de antenas, aunque pueda ser una solución a corto plazo, no es la más eficiente ni la más adecuada para hacer frente a los desafíos de la era digital. “Ahora es el momento de abordar esta revolución digital y decidir qué Europa queremos en el futuro. Es el momento de ser realistas”, finaliza Álvarez-Pallete.