No hay conversación tecnológica que se precie en la que no se hable de la inteligencia artificial. Y no siempre positivamente. Si hay algunas voces que claman contra su falta de sostenibilidad, otras, como el Foro Económico Mundial, la denominan como el “nuevo gran riesgo laboral a corto plazo”. Desde la escuela de administración, liderazgo, dirección y emprendimiento (EALDE), escuela de negocios online española, Sergi Simón, coordinador del Área de Riesgos de la misma, considera que, aunque sus ventajas son enormes, sus riesgos también por lo que confiar en exceso de los resultados de procesos de IA puede llevarnos a cometer errores críticos. Además, si es usada con malas prácticas puede destruir nuestra reputación y los sesgos asociados a malos modelos de entrenamiento puede discriminar colectivos o poblaciones enteras, advierte. Por lo que aconseja no sólo vigilar las nuevas prestaciones asociadas la IA, también pensar cómo estas pueden convertirse en amenazas. También pone el foco en la gran dependencia que tienen todo tipo de actividades del flujo de información y de la transferencia de datos mediante internet. “Ya no solo se trata de la vulnerabilidad asociada a que los datos fluyan por la red, se trata de que, si dejan de fluir, la disrupción es clara y potencialmente crítica”, subraya.
La desinformación es otro de los problemas, al permitir generar una gran cantidad de información falsificada, que seguirá creciendo, y contenidos sintéticos como la clonación de voces, de imágenes y la falsificación de sitios web. Por ello, tal y como destaca Roberto Castro, profesor del Máster en Gestión de Riesgos de EALDE Business School, para combatir estos riesgos los Gobiernos están comenzando a implementar nuevas regulaciones para evitar la desinformación en línea y el contenido ilegal, si bien considera que las regulaciones probablemente se quedarán rezagadas debido a la gran velocidad de innovación de la IA. Y que el exceso de regulación no es positivo para el desarrollo de la inteligencia artificial, por lo que se debe mantener un equilibrio entre innovación y regulación.
Por ello EALDE Business School considera fundamental que empresas, Gobiernos y otras organizaciones establezcan políticas y regulaciones digitales efectivas que demuestren prioridades claras y estables, sobre todo teniendo en cuenta que, según este centro educativo, los países vulnerables y las comunidades quedarán más rezagadas, digitalmente aislados de los avances de la IA, lo que impactará en la productividad económica de los países, siendo mayor en los países más digitales al reducir costes y aumentar la producción de bienes y servicios. También se verán afectadas las finanzas, al aprovechar mejor las ineficiencias del mercado, permitiendo a las empresas de los países desarrollados financiarse a tasas de interés más bajas.
En cuanto al clima, se podrán controlar mejor el impacto personal y patrimonial del cambio climático con modelos altamente desarrollados y automatizados. La educación mejorará, sobre todo en herramientas digitales. También se mejorarán los diagnósticos sanitarios y la manera de enfrentar las enfermedades. Al tiempo que se creará empleo de alto valor agregado, gracias a las herramientas digitales.
Por todo esto, “las autoridades, los líderes políticos y empresariales, así como las organizaciones con o sin fines de lucro, deben buscar un equilibrio entre la regulación, innovación y el combate de la desinformación utilizando inteligencia artificial para ganar y mantener la confianza de la población en general, así como impulsar el desarrollo de sus respectivos países”, señala Roberto Castro.