La transformación digital sumada a otros factores como, por ejemplo, que las personas puedan operar en la red desde el anonimato o que los documentos de identidad que ofrecen los Estados para la identificación en los entornos físico no son infalibles y ni es fácil de operar con ellos digitalmente, han derivado en que la mejora de los mecanismos de verificación para garantizar la identidad individual sea imprescindible.
En este sentido la tecnología biométrica se está convirtiendo en uno de los mecanismos más seguros porque, actualmente, es capaz de comparar dos imágenes de la misma persona y acertar en el 99 % de los casos. Mientras que, si compara dos fotográficas de personas distintas, lo detecta y rechaza el proceso al 99,9 %. Es decir, su grado de error es de una vez cada un millón.
Este alto nivel de seguridad en la verificación se consigue gracias a soluciones biométricas basadas en inteligencia artificial y algoritmos matemáticos que se entrenan para desarrollar una solución concreta. Pero la autenticación biométrica es mucho más y desde Veridas explican los beneficios de esta tecnología y desmienten algunos mitos.
Se dice que la tecnología biométrica es difícil de usar, pero nada más lejos de la realidad ya que es la manera más natural, única y sencilla de identificar a las personas a través de la cara o la voz. Existe también la idea de que los datos pueden ser robados. Algo que es imposible ya que si una web en la estamos registrados sufre un ataque y roban información, habrán robado la foto y el vector biométrico de la base de datos, credenciales con las que no podrán acceder a otros servicios.
La autenticación biométrica no se basa únicamente en las huellas dactilares y tampoco es cara. Con el paso de los años esta tecnología ha evolucionado y abarca varias características únicas del individual como es la voz y la cara. Gracias a estos avances la tecnología biométrica es cada vez más accesible y asequible.
Otros mitos que existen sobre la autenticación biométrica son, por un lado, que es imprecisa. Hoy en día la implementación de algoritmos y técnicas de aprendizaje automático han conseguido una efectividad superior al 99 %. Y, por otro lado, es incapaz de reconocer a los individuos cuando cambian su apariencia. Los sistemas de biometría son flexibles y capaces de reconocer la identidad de las personas pese al paso del tiempo.
Por último, hay que tener claro que no se puede engañar a los sistemas de autenticación biométrica con fotos o vídeos, ya que esta tecnología puede identificar si la persona que realiza el proceso de onboarding es real, y que la biometría puede proteger información sensible de las empresas y los individuos.
“La información que gira alrededor de la tecnología y la autenticación biométrica es, en muchas ocasiones, difusa y puede llevar a errores de entendimiento. Pero la realidad es que es la opción más segura, confiable y accesible”, ha comentado Eduardo Azanza, CEO de Veridas.