El datacenter es hoy día el corazón de la red de la empresa y el motor que impulsa el despliegue de las nuevas tecnologías que exige la transformación digital. Esta transformación digital demanda disponer de una infraestructura de data center flexible que permita hacer evolucionar a la organización, adaptarse al cambio con agilidad y al mismo tiempo poder continuar operando sin que ese proceso de transformación impacte negativamente en el negocio.
La clave para que una organización sea ágil está en disponer de una infraestructura de TI robusta y flexible, en el núcleo de la cual está la red del data center. Pero si se quiere mantener esta agilidad, dada la rápida adopción de nuevas tecnologías como IoT, el datacenter necesita evolucionar.
¿Qué enfoque de arquitectura elegir?
Dado que las organizaciones están poniendo cada vez más énfasis en los costes, la escalabilidad y la agilidad, las arquitecturas de datacenter basadas en software se están utilizando cada vez más, y resultan esenciales para posibilitar la transición a un modelo de TI como servicio.
Hay muchos modelos de arquitectura para datacenters, dependiendo de las necesidades del negocio y las consideraciones de diseño. Abarcan desde plataformas de red cerradas con software y hardware integrados a stacks personalizados con soluciones hardware y software de diferentes fabricantes, pasando por soluciones “open source”. Cada opción presenta sus beneficios y limitaciones:
Soluciones cerradas (propietarias): Vienen preconfiguradas y están totalmente integradas, pero pueden presentar costes y tiempos de resolución de incidencias más elevados y finalmente crear más complejidad. Por ejemplo, pueden limitar la capacidad de elección en cuanto a una funcionalidad de seguridad o balanceo de carga específica, o la posibilidad de integrarse con otros fabricantes de soluciones de seguridad o de gestión. Es frecuente que estas soluciones mantengan cautivo al cliente con respecto a un fabricante concreto, lo que a menudo tiene como resultado mayores costes a largo plazo y un ritmo de innovación más lento, que viene determinado por la capacidad y estrategia tecnológica de ese fabricante más que por las necesidades del cliente.
Soluciones personalizadas (Open Source). Es el propio departamento de TI del cliente, o con la ayuda de terceros, el que desarrolla todo el software necesario y configura la red del datacenter. Esta opción exige más recursos de ingeniería para su despliegue e integración, pero puede proporcionar una gran flexibilidad y menores costes. Por ejemplo, OpenStack combinado con una plataforma de automatización “cross-domain” y una arquitectura de datacenter basada en software podría ser una buena opción para gestión y orquestación de servicios cloud.
Soluciones basadas en software. Se basan en una estrategia tecnológica modular para el diseño del datacenter, que aprovecha las ventajas de las dos anteriores y elimina algunos de sus inconvenientes. Implica optar por arquitecturas compuestas (composable) y orientadas a tareas específicas, que puedan ser integradas para ejecutar funciones concretas.
Una arquitectura compuesta está diseñada para proporcionar la máxima flexibilidad dentro y entre datacenters. Los recursos – es decir, hardware (red, computación y almacenamiento) y el software (sistemas operativos, servicios virtuales, automatización y gestión de análisis) – no necesitan estar en un lugar central. Puede ser desplegada en múltiples datacenters y en la nube.
Este tipo de arquitecturas está desarrollado sobre estándares abiertos y no requieren realizar costosas mejoras o actualizaciones del hardware del datacenter. Además, el hardware basado en estándares abiertos puede ser estandarizado utilizando arquitecturas de referencia, lo que ayuda a reducir costes. Y todo ello puede ser gestionado desde un único lugar, por medio de las capas de control y orquestación que operan en diferentes tipos de entornos cloud.
Las arquitecturas de datacenter basadas en software permiten crear repositorios de recursos de hardware y software flexibles, que simplifican la gestión e incrementan la agilidad. Estos repositorios de recursos pueden combinarse y utilizarse cuando se necesitan y son liberados cuando la tarea está concluida. Organizaciones que requieren muy elevada escalabilidad como Google, Amazon Web Services y Facebook construyen sus infraestructuras haciendo abstracción de esos repositorios de recursos y aprovechando tecnologías como SDN o la automatización por software para lograr flexibilidad, orquestación de servicios y capacidad.
El diseño de datacenters de nueva generación exige no sólo un cambio de arquitectura sino también una cultura de empresa más colaborativa e innovadora. El nuevo paradigma “DevOps” se basa en desarrollar e implementar software continuamente, y las organizaciones que lo adoptan pueden innovar más rápido e introducir nuevos servicios y funcionalidades más rápidamente también.
Esto requiere agilidad en todas las capas de la red del datacenter y en todos los ámbitos de las TI corporativas, desde computación, hasta aplicaciones y operaciones. Esta agilidad sólo se puede conseguir con una combinación de visibilidad/conocimiento de la red y de automatización inteligente. La visibilidad es necesaria para poder tomar decisiones y la automatización dinámica para llevar las acciones al nivel apropiado para su ejecución.
Adoptando una estrategia adecuada en el diseño del data center, las organizaciones pueden construir una infraestructura de última generación, escalable y flexible, que se integre con su infraestructura actual y procesos de TI, para lograr la máxima agilidad operativa.
Ricardo Borrajo
Responsable de negocio de datacenter de Extreme Networks