La virtualización ha transformado el centro de datos del siglo XXI, aportando agilidad y eficiencia sin precedentes a un entorno TI fijo. En tan solo dieciséis años, la virtualización de los servidores y del almacenamiento se ha convertido en una commodity y el foco se ha desplazado hacia la orquestación de servicios y aplicaciones mediante herramientas como Puppet, Chef, Microsoft System Orchestrator y otras.
Con las herramientas de orquestación, los departamentos de TI pueden aglutinar y desplegar diversos servidores, almacenamiento y ahora recursos de red de forma automática, en minutos, con el fin de distribuir nuevas aplicaciones y bancos de pruebas o para escalar recursos automáticamente según crecen y decrecen las cargas de aplicaciones. Las herramientas de orquestación son perfectas para acelerar y desacelerar los servidores virtuales y el almacenamiento.
Hasta hace poco, las redes y las funciones de red, como los firewalls, IDP y los balanceadores de carga, eran temas manuales. Con la aparición de las redes definidas por software (SDN) y la virtualización de las funciones de red (NFV), estas funciones se han virtualizado, atomizado y distribuido a través de clouds públicas y privadas como software, más que como appliances físicos.
De igual modo que con los servidores y el almacenamiento, las funciones de redes virtuales demandan no solo herramientas de gestión, sino una integración estrecha con las herramientas de orquestación y de automatización, de forma que también puedan ser orquestadas de forma automática para proporcionar, escalar y proteger aplicaciones de una forma pre-establecida y de acuerdo a la normativa.
Tal integración debe ser una calle de dos direcciones, donde las APIs permitan a los balanceadores de carga, por ejemplo, dirigir la solución de orquestación para desplegar nuevos servidores y almacenamiento cuando detectan un fallo en los mismos o no pueden proporcionar el rendimiento necesario en picos de trabajo. O para desplegar firewalls e IDP como se requiere para mantener la seguridad y cumplir la normativa. Por el contrario, la herramienta de orquestación debe ser capaz de dirigir la plataforma de gestión NFV para desplegar o desmontar el balanceo de carga, firewall, IDP, y otras funciones de red según sea necesario cuando las nuevas aplicaciones se amplían o reducen.
Con las herramientas de gestión apropiadas y las APIs de orquestación, las aplicaciones pueden no solo rendir, sino permanecer seguras y cumplir la normativa de forma constante en cualquier entorno virtual cambiante.
Maurice McMullin
Product Marketing Manager de Kemp Technologies