A pesar de todos los consejos que se vienen dando sobre la necesidad de salvaguardar la información confidencial, los directivos de las medianas empresas de EE.UU. y varios países europeos, entre ellos España, son los más descuidados a la hora de trabajar con la misma. Así lo pone de manifesto la compañía especializada en custodia y gestión de la información Iron Mountain, en el estudio que ha realizado sobre las prácticas relacionadas con la gestión y seguridad de la información en la mediana empresa.
Los datos llaman la atención ya que un 57 % de los directivos y directores generales encuestados afirman haber dejado información confidencial para la empresa en la impresora, un 49% ha usado una dirección de correo personal para enviar información sensible; un 40% ha mandado información a través de una conexión inalámbrica abierta; el 43% ha tirado documentos a una papelera y un 39% admite haber perdido información empresarial en un lugar público.
Y, aunque la confianza en los CEO de todo el mundo creció hasta un 8 %, según el informe Edelman Trust Barometer de 2016, lo cierto es que los mismos no cuentan con habilidades para proteger este tipo de información. Y es que según Iron Mountain, para uno de cada cinco directivos encuestados los procesos son muy complejos, por lo que buscan soluciones alternativas. Uno de cada siete no sigue las políticas de la compañía respecto a la seguridad de la información por encontararlas demasiado complicadas y un 6 % desconoce este tipo de políticas dentro de su empresa.
En el siguiente escalafón, los responsables de los centros de trabajo mantienen una actitud similar a la de los directivos en cuanto a sus malos hábitos de gestión de datos, con el agravante de que un 56 % de los mismos admite sacar información confidencial de su lugar de trabajo y el 48 % reconoce haberla enviado a un receptor no seguro. Sin embargo es el personal administrativo el que más cumple con las normas, a pesar de que un 21 % de los mismos admite haber perdido datos o haberlos enviado a la persona incorrecta. Incluso un 15 % ha perdio papeles de la empresa en algún lugar público.
Esta actitud, sobre todo la de los directivos, es preocupante para Ignacio Chico, director general de Iron Mountain España y, aunque las multas podrían ser altas, advierte que el daño reputacional asociado con una brecha de datos es mayor, ya que puede terminar con la fidelidad del cliente y tener un impacto negativo en los resultados financieros. Por ello aconseja a las empresas implementar políticas y procesos para apoyar una buena gestión de la información y fomentar hábitos que protejan la información delicada.