Los departamentos tecnológicos de las empresas europeas y españolas se están volviendo locos. Tratar de cuadrar las cuentas entre lo que deben invertir en tecnología, y lo que realmente tienen para realizar la inversión es misión imposible. Mientras tanto, la brecha sigue aumentando, y la frustrante paradoja llega con rotunda afirmación de que la tecnología reducirá los costes, pero ¿a que precio? ¿Existe solución alternativa a la inversión en tecnología para frenar este déficit? Y si es así, ¿cuál es?
La tecnología se ha convertido en un factor muy importante para las empresas, y es precisamente la propia tecnología la que permite llegar a los objetivos empresariales marcados, reducir costes, y en definitiva, obtener beneficios. Sin embargo, el reparto del presupuesto, en casi todas las empresas, no favorece el desarrollo de los departamentos de tecnología, lo que está provocando un importante déficit tecnológico.
“En la economía digital, las estrategias de negocio como la apertura de nuevos mercados, satisfacer las necesidades de los clientes y aumentar la rentabilidad, son fundamentales y se rigen por el despliegue de una tecnología eficiente y adaptable. Los datos muestran que el déficit tecnológico es un problema en toda Europa y afecta a negocios de todos los tamaños”, explicaba Mark Leonard, vicepresidente ejecutivo de Colt Tchnology Services.
Los datos a los que se refería Mark Leonard, provienen de un estudio encargado por la compañía para evaluar cómo las empresas españolas están desarrollando sus negocios, y más concretamente, saber en qué punto de madurez está su infraestructura tecnológica para soportar sus aspiraciones futuras y los conflictos que puedan surgir.
Actualmente en Europa, casi tres cuartas partes de las empresas (72 %) sufren este déficit tecnológico que está provocando una importante brecha entre la tecnología que las compañías necesitan para lograr sus objetivos y lo que sus infraestructuras son capaces de soportar.
Este estudio ha demostrado que el déficit tecnológico es algo que afecta a empresas de muy diversos tamaños en España, y que la mayoría creen que su infraestructura no podrá dar respuesta a sus necesidades. Además, debemos tener en cuenta que en nuestro país las empresas están mejor preparadas que sus homólogas europeas, ya que solo el 62 % sufren este déficit frente al 64 % de Reino Unido, o el 81 % de las compañías alemanas.
Los negocios requieren de innovación tecnológica y mejores infraestructuras para adaptarse y responder lo antes posible al cambio que conlleva la economía digital, es decir, los requerimientos y necesidades de las empresas están aumentado frente a un panorama de nuevas tecnologías, mientras que los presupuestos se mantienen como estaban.
“El paradigma de la economía digital implica que los negocios necesitan adoptar nuevas tecnologías y herramientas para estimular nuevos enfoques que van desde el análisis de las aplicaciones orientadas al usuario, hasta la tecnología wearable. El no poder solucionar el déficit tecnológico tendrá consecuencias visibles. Fundamentalmente, las organizaciones sentirán el impacto de este déficit en los próximos 12 meses. El impacto supondrá costes adicionales, y perjudicará especialmente a aquellos que están menos preparados”, añadía Mark Leonard.
Pese a que España tiene el déficit tecnológico más bajo que el resto de Europa (62 %), la infraestructura no está preparada para ofrecer servicios flexibles para las necesidades del negocio futuro, y por tanto, la mayoría de las organizaciones creen que éstas tendrán que evolucionar en los dos próximos años. Además, solo el 31 % de estas empresas consideran estar preparadas para soportar los picos de trabajo y la demanda de los próximos años.
Algunas de las mejoras que deberían tener en cuenta deben orientarse hacia la voz y las comunicaciones, que tendrán que mejorar en el 87 % de las empresas, renovarse el 88 % de los centros de datos, y el 93 % de las infraestructuras de red. Sin embargo, el 18 % de las compañías españolas aseguran que no tienen ningún tipo de estrategia para superar este déficit.
En este sentido, Mark Leonard recuerda a las empresas que aquellos que toman decisiones TI se enfrentan a un entorno con infraestructuras complejas, y que por lo tanto, las decisiones se tomarán con respeto a las bases de estas infraestructuras, garantizando así que cubrirán las necesidades del negocio en la actualidad y en el futuro. De esta forma, el 52 % de las empresas españolas creen que no serán capaces de servir eficientemente a sus clientes si no renuevan su tecnología a partir del próximo año.
¿Cómo cerrar la brecha?
La clave está en la simplificación, tanto de la infraestructura como de su administración. Esto ayudará a los negocios a funcionar de forma más eficiente, tener resultados favorables, y a evitar el “compra y construye”, que de otra forma deberían llevar a cabo. Las alianzas con partners es una de las soluciones más valoradas por las empresas, y el 55 % de las compañías estarían interesadas en tomar esta vía alternativa a la de la renovación tecnología.
“Los que toman decisiones de TI, incluirán la introducción de la simplicidad y la flexibilidad en los modelos de negocio con el fin de evolucionar, de la propiedad tecnológica, a métodos más eficientes de prestación de servicios a clientes que van a requerir de un enfoque más flexible ante sus demandas cambiantes”, ha añadido el vicepresidente ejecutivo de Colt Technology Sevices.
En definitiva, la respuesta a este déficit tecnológico está en los presupuestos y en las decisiones que salgan del departamento tecnológico, y esto supondrá un importante cambio. Sin embargo, las empresas que tomen las mejores decisiones en estas áreas, conseguirán la posición más ventajosa para ofrecer una respuesta eficaz ante sus objetivos y necesidades futuras, y por supuesto, ante sus clientes
[blockquote style=»2″]El método de investigación
Este estudio fue encargado a Loudhouse, una empresa de investigación independiente de Londres. En un primer muestreo, se tuvieron en cuenta las valoraciones de 852 decisores tecnológicos europeos, y las regiones incluidas fueron: Reino Unido, Suiza, Países Bajos, Bélgica, Italia, Francia y Alemania. Para analizar el caso concreto de España, fueron 108 los decisores tecnológicos encuestados en abril de este año, y se les dividió entre PYMES (100 – 500 empleados) y grandes corporaciones (más de 500 empleados). [/blockquote]