Cara y cruz para Intel. La compañía, que se encuentra en medio de un proceso de transformación para volver a la rentabilidad y que implica una reestructuración de plantilla que afectará al 15 % de la misma a nivel global, acaba de firmar un acuerdo multianual con AWS “de varios miles de millones de dólares”, tal y como asegura Reuters. Este acuerdo ha coincidido con la decisión de Sony de dejar de contar con Intel para el diseño y la fabricación de los procesadores de la PlayStation 6. Intel ha perdido el contrato en favor de AMD y TSM.
Pat Gelsinger, CEO de Intel, anunció la ampliación de la colaboración con AWS en un memorándum a sus empleados en el que también esbozó algunos detalles de la estrategia que va a seguir la compañía. “El consejo y yo coincidimos en que tenemos mucho trabajo por delante para aumentar la eficiencia, mejorar nuestra rentabilidad y aumentar nuestra competitividad en el mercado”, ha señalado Gelsinger en el memorándum.
Entre las medidas que tomará la multinacional está la venta de una participación en su negocio de chips programables Altera. También ha anunciado que detendrá la construcción de su fábrica de chips en Alemania durante dos años y se paralizará el proyecto de Polonia.
En cuanto a su negocio de fabricación, la intención es mantenerlo y darle más independencia para que “sea capaz de atraer capital externo”. Asimismo, priorizará sus unidades de CPU y reorganizará varias divisiones, entre las que destaca la de automoción y edge computing.
Intel también anunció que recibirá hasta 3.000 millones de dólares en financiación directa proveniente de la ley de chips estadounidense.