La Asociación Española de la Economía Digital (aDigital), en colaboración con Boston Consulting Group, ha presentado la quinta edición de su informe anual que analiza el impacto de la digitalización en la economía española. Esta edición destaca especialmente el papel de la inteligencia artificial y el reto de su integración, particularmente en las pequeñas y medianas empresas, como elementos claves para alcanzar un ambicioso objetivo: que el 40 % del PIB español esté digitalizado en 2030.
César Tello, director general de aDigital, subrayó que la digitalización se ha consolidado como un motor esencial de crecimiento y competitividad para España. “Ya nadie duda de que la digitalización es clave para el desarrollo económico del país”. En este sentido, medir de forma precisa su impacto es crucial para la toma de decisiones tanto en el ámbito público como privado.
El informe revela que en 2024 el 26 % del PIB español estaba digitalizado, lo que representa un crecimiento del 1,8 % respecto al año anterior. De hecho, eliminando el efecto excepcional de la pandemia en 2020, se trata del mayor crecimiento anual registrado en la serie histórica del informe.
En contraste con el crecimiento general del PIB (6,3 %), el PIB digitalizado creció un notable 17 %
Tello explicó que esta medición se realiza a través de tres dimensiones: el impacto directo de la digitalización en el consumo y el gasto público; el impacto indirecto, mediante el efecto arrastre en las cadenas de suministro; y el impacto del consumo generado por los profesionales del sector digital. Este último aspecto destaca el valor económico añadido de los empleos digitales, tanto por su calidad como por su efecto multiplicador en el consumo.
En contraste con el crecimiento general del PIB (6,3 %), el PIB digitalizado creció un notable 17 %, consolidando así la digitalización como uno de los principales motores de recuperación y crecimiento económico en España.
Los servicios financieros, con más de un 30 % de digitalización, lideran como sector maduro, mientras que sectores como la energía muestran un crecimiento sostenido. Mención especial merece la Administración pública, que ha experimentado uno de los mayores avances, impulsada en parte por los fondos europeos.
La inteligencia artificial, un reto país
“Tenemos una tecnología que está acelerando todo: la inteligencia artificial. Pero si no actuamos ahora con visión y responsabilidad, no llegaremos a los objetivos planteados”, advirtió Tello.
Para avanzar en esta dirección, aDigital propone una estrategia dual que combine el desarrollo de una IA pública nacional con un firme apoyo al ecosistema empresarial. Por un lado, se plantea que la IA pública debe ser tratada como una auténtica política de Estado, lo que implica mantener la inversión más allá del actual Plan de Recuperación, desarrollar servicios públicos basados en IA y garantizar una gobernanza responsable, interoperable y centrada en el valor social. “Un país que quiera ser líder en inteligencia artificial debe empezar por desarrollar una IA lo más avanzada posible en sus infraestructuras y servicios públicos”, señaló Tello.
Por otro lado, se destaca la necesidad de facilitar la adopción de la IA por parte de las pymes, que enfrentan barreras tecnológicas y regulatorias significativas. Para ello, aDigital ha desarrollado herramientas de autoevaluación y marcos de implementación responsable que permiten incorporar la IA de forma segura, eficiente y competitiva.
Además, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se está desarrollando un proyecto piloto para probar este enfoque en cinco países de América Latina. “Queremos tender puentes entre Europa y Latinoamérica a través de una IA responsable, como motor de desarrollo y colaboración internacional”, destacó Tello.
Regulación: ¿freno o impulso?
Aunque la IA avanza a gran velocidad, su adopción en Europa podría verse ralentizada por la falta de claridad regulatoria y la escasez de talento. Así lo advirtieron tanto César Tello como Justo Hidalgo, director de Inteligencia Artificial en aDigital.
“La regulación es uno de los grandes retos de Europa. Ser los primeros en regular puede ser una oportunidad, pero también un riesgo si se hace de forma prematura o excesivamente rígida”, afirmó Tello. “El BOE no hace innovación por sí solo, pero puede frenarla si no se interpreta y aplica correctamente. Por eso apostamos por una regulación que no coarte la competitividad y que se construya junto a la industria, mediante la corregulación y los códigos de conducta”.
“Necesitamos tratar la IA como una política de Estado, como ya lo están haciendo otros países mediante modelos públicos y abiertos”
Hidalgo insistió en que “la clave no es la existencia de una regulación, sino cómo se implementa”. Las pymes, por ejemplo, necesitan orientación práctica para traducir los marcos regulatorios en sistemas de gobernanza realistas y útiles. “No vale aplicar marcos pensados únicamente para grandes corporaciones”, subrayó.
aDigital también alerta sobre la brecha entre regiones tecnológicamente avanzadas y aquellas con desventajas estructurales, como el sur de Europa. “El impacto económico de la IA será enorme, pero puede agrandar las desigualdades si no se hace un esfuerzo coordinado”, explicó Tello. “Necesitamos tratar la IA como una política de Estado, como ya lo están haciendo otros países mediante modelos públicos y abiertos”.
Respecto al talento, Hidalgo recalcó que no basta con tener buenas universidades: “Podemos tener el mejor talento crudo, pero si no les damos acceso a infraestructuras o experiencias reales en el desarrollo de modelos fundacionales, se irán al extranjero. La IA pública puede jugar un papel clave para retener ese talento y permitirles generar valor desde aquí”.
Tanto Tello como Hidalgo coincidieron en que España tiene una oportunidad real de convertirse en hub digital de Europa «no solo del sur», gracias a su infraestructura tecnológica, calidad de vida y creciente ecosistema emprendedor. “Lo que falta es coordinación. Francia y Alemania cuentan con estrategias público-privadas muy sólidas, algo que aquí aún no hemos consolidado”, lamentó Tello.
“La regulación bien diseñada y el talento capacitado no son obstáculos, sino palancas”, concluyó Hidalgo. “Si sabemos integrarlos de forma adecuada, España no solo puede ponerse al día, sino también liderar”.